SANTO DOMINGO.-Varios periodistas chilenos, invitados por la secretaría de Turismo para apreciar las bondades del turismo dominicano, fueron obligados por una patrulla militar a salir apresuradamente de un conocido restaurant de la Ciudad Colonial, a donde habían acudido a compartir una cena.
Los militares se presentaron al restaurant Pate Palo-European Brasserie, ubicado en la calle Atarazana número 25, frente a la Plaza España, y conminaron a los comunicadores extranjeros a salir del lugar en cumplimiento de las medidas de seguridad adoptadas por el Gobierno. El embarazoso episodio ocurrió el pasado miércoles, alrededor de las doce de la noche, hora límite para la actividad nocturna de restaurantes y centros de diversión.
El propietario del centro gastronómico, señor Luis Brocker, confirmó el incidente y dijo que cuando los militares se presentaron al establecimiento todavía los periodistas no habían terminado su velada y naturalmente se molestaron cuando tuvieron que retirarse por la orden de los uniformados.
Brocker dijo que los periodistas extranjeros también fueron testigos de otro incidente ocurrido en un restaurant vecino y que inclusive filmaron entrevistas donde se expresaban quejas de turistas por las medidas.
“Esto no pasa en ningún país del mundo en tiempos normales y no creo que el sector gastronómico pueda soportar estas restricciones por más de una semana”, comentó Brocker al señalar que los ingresos de los restaurantes se han reducido en más de un 50 por ciento.
Consideró que la percepción se está proyectando hacia el exterior es que el país atraviesa por una situación de grave anormalidad que daña seriamente la imagen del turismo dominicano.
Los periodistas chilenos formaban parte de una apreciable delegación de periodistas extranjeros que vinieron al país invitados por la Secretaría de Turismo para participar en la inauguración de la remodelada playa de Long Beach, Puerto Plata.
Asociación de restaurantes replantea inquietud
La Asociación Nacional de Restaurantes planteó al Gobierno que el cierre obligatorio a las 12 de la noche reduce el tiempo real de servicios a unas dos hora, por lo que la operación de estos negocios no es sustentable, lo que explica una caída de las ventas entre el 25 y el 40%, situación que muchos de sus miembros no podrán soportar por mucho tiempo y provocará la pérdida de miles de empleos y la quiebra de muchas empresas.
La entidad, que es miembro de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (ASONAHORES) explica que comer en un restaurante necesita tiempo y un ambiente libre de presiones. “Cerrar un restaurante a las 12:00 de la noche obliga detener el servicio de cocina y de bebidas a las 10:00 de la noche, porque una cena consume alrededor de dos horas. Esto nos deja de 8:00 a 10:00, aproximadamente, una sola tanda hábil para servir y constituye un desestímulo para acudir a un restaurante. Además, después que sale el último cliente, hay que limpiar, fumigar y hacer una serie de labores internas”, puntualiza.
En una carta pública dirigida al presidente Leonel Fernández, indica que la mayoría de los restaurantes no cierran en las tardes o abren al iniciar la noche, “pero en Santo Domingo y Santiago, por ejemplo, la mayoría de los clientes llega a partir de las 9:00 de la noche y esto ocurre porque las labores terminan después de las 6:00 de la tarde, por la ampliación de la jornada laboral, por la extensión de las zonas urbanas, la complicación del tránsito y otros motivos similares”.
“Debemos procurar que se mantenga la seguridad en las calles para dominicanos y turistas, pero no es acertado que los lugares públicos queden desiertos. Nuestros restaurantes constituyen la más importante oferta complementaria para el turismo en Santo Domingo, Santiago y en algunas comunidades turísticas”, concluyeron.