SANTIAGO.- La crisis bancaria que se produjo en el país a principios del 2003 tuvo en parte su origen, porque altos funcionarios de ese gobierno, incluido el presidente Hipólito Mejía, no dejaron actuar con independencia a las autoridades bancarias. La afirmación en ese sentido la hizo Rafael Camilo, Superintendente de Bancos, al participar la noche del lunes en una ceremonia realizada en el Gran Teatro del Cibao, donde se analizó la economía dominicana, en los dos primeros años de la actual gestión gubernamental.
La actividad tuvo como escenario la Sala "Julio Alberto Hernández" y también participaron Temístocles Montás, secretario Técnico de la Presidencia; Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central y Vicente Bengoa, secretario de Finanzas.
Según su explicación, en el pasado gobierno frecuentemente las autoridades de la Superintendencia de Bancos, cuando querían aplicar la ley, recibían instrucciones hasta de Hipólito Mejía, para que desistieran de ese propósito.
En su exposición, Camilo citó 10 características del sistema bancario antes de la crisis del 2003, entre las que resaltó una alegada falta de credibilidad y confianza en las autoridades económicas y financieras de entonces, la falta de independencia de las acciones de la Superintendencia de Bancos y la inestabilidad en el tipo de cambio, que afectó la capacidad de pagos de los deudores del sistema.
Asimismo, de acuerdo al criterio de Rafael Camilo, antes de que estallara la crisis económica, a principios del 2003, en el país no existía una supervisión bancaria adecuada.
Otras de las características del sistema bancario nacional antes de producirse el colapso de tres bancos eran: la falta de transparencia en los balances contables, con doble contabilidad a través de la banca offshore y los activos crediticios de baja calidad y con muy mala valoración contable.
Para el Superintendente de Bancos, otros factores que incidieron en dicha crisis económica, fueron el bajo nivel de capitalización de la banca, el exceso de préstamos a partes y empresas vinculadas, y la inexistencia de normativas y reglamentos para una adecuada supervisión bancaria.
Dijo que, inmediatamente asumió esas funciones en agosto del 2004 "nos propusimos recuperar la confianza y credibilidad de todos los agentes económicos, acerca del sistema financiero dominicano".
Con el propósito de alcanzar esas metas se plantearon lograr la capitalización de la banca múltiple, que los bancos constituyeran las provisiones faltantes y el desmonte de los préstamos a partes y empresas vinculadas.
También, elaborar el conjunto de normativas y reglamentos para fortalecer la supervisión bancaria, así como el fortalecimiento interno de la Superintendencia de Bancos, en base a la capacitación técnica en sus recursos humanos y de tecnología.
Puntualizó que ya se realizó una inspección al 80 por ciento del total de la cartera de créditos de las entidades que conforman el sistema "lo que arrojó importantes avances de consolidación del sistema y mejoría en la calidad de los servicios".