TORONTO, (IPS) – La acción, y no más promesas o reuniones, es el camino para controlar la pandemia de VIH/sida y salvar decenas de millones de vidas, concluyeron representantes de gobiernos y de la sociedad civil en la principal conferencia anual sobre la enfermedad. El ministro de Salud de Sudáfrica, Manto Tshabalala-Msimang, recomendó en Toronto la ingesta de limón, ajo y remolacha como tratamiento para el sida.
Pero cuando se trata de tomar medidas concretas, los gobiernos, tanto los del Norte industrial como los del Sur en desarrollo, están omisos.
Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica, por ejemplo, fueron acusados de negligencia por activistas, expertos y algunos funcionarios que asistieron esta semana a la Conferencia Internacional sobre VIH/Sida en Toronto, Canadá.
El gobierno sudafricano sigue siendo "obtuso, dilatorio y negligente" en la tarea de poner a disposición de los portadores del VIH (el virus causante del sida) los tratamientos que podrían alargar su vida, advirtió Stephen Lewis, alto funcionario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las autoridades continúan promoviendo "curas" sobre la base del jugo de limón y el ajo, se alarmó Lexis, enviado especial de la ONU en materia de sida para África.
Durante años, el presidente sudafricano Thabo Mbeki desacreditó en público el científicamente comprobado vínculo entre el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Al mismo tiempo, se resistió a disponer a los portadores del virus los tratamientos antirretrovirales, de comprobada eficacia.
El propio ministro de Salud de Sudáfrica, Manto Tshabalala-Msimang, recomendó durante la conferencia en Toronto, que concluyó el viernes, la ingesta de limón, ajo y remolacha como tratamiento para el sida.
Cada día, entre 600 y 800 personas mueren en Sudáfrica con VIH, sostuvo Lewis, cuyo periodo en el cargo concluirá este año. "Las acciones de Sudáfrica están equivocadas, son inmorales e indefendibles", sentenció, en medio de un aplauso atronador.
Más tarde, el copresidente de la conferencia Mark Wainberg, director del Centro sobre Sida McGill en Montreal, Canadá, se preguntó ante los participantes cómo era posible que el resto del mundo continuara permitiendo a Sudáfrica tales omisiones en el cuidado de la salud de su población.
"Hemos estado sentados durante mucho tiempo mirando cómo Sudáfrica se deterioraba, con millones de personas contrayendo el VIH, mientras su ministro de Salud prefiere hablar sobre jugo de limón", ironizó Wainberg en diálogo con IPS.
Lewis también criticó la insistencia del gobierno estadounidense en la abstinencia como principal mecanismo de prevención, a pesar de las claras evidencias de que tales programas no funcionan a menos que se los integre con otros métodos como el uso del condón.
Lo que es peor, la actitud de Washington al imponer a otros gobiernos el modo de emplear el dinero destinado a la prevención constituye una forma de "neocolonialismo", consideró.
El gobierno de George W. Bush también fue cuestionado por negarse a financiar programas contra el VIH/sida que no se opongan, lisa y llanamente, al trabajo sexual.
Mientras el financiamiento de gobiernos y organizaciones donantes ha mejorado significativamente en los últimos años, hay señales perturbadoras sobre un reflujo de la voluntad política. "Estamos avizorando una enorme crisis financiera", dijo Lewis.
Se avecina un déficit de miles de millones de dólares en los programas contra VIH/sida, mientras sigue sin cumplirse el compromiso establecido en 2005 por el Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo de lograr la
"Debemos mantener la presión para que en la próxima conferencia, en 2008, no sean los ex gobernantes los que causen conmoción, sino los actuales." Robert Fox, de Oxfam Internacional
a universalización del tratamiento antirretroviral para 2010, alertó el funcionario de la ONU.
Los programas mundiales contra la enfermedad requerirán 15.000 millones de dólares este mismo año y 22.000 millones para 2008, pero el aporte de Estados Unidos no se elevará, al parecer, de sus actuales 3.000 millones de dólares anuales, según Lewis.
"Parece una suma bastante irrisoria, al tratarse de la superpotencia mundial", comentó.
El logro del acceso universal al tratamiento estará condenado al fracaso sin miles de millones de dólares en fondos, manifestó ante los delegados en la conferencia, a quienes exhortó a presionar a los gobiernos, en especial a los del G-8, a cumplir con sus promesas.
"Los recursos son el punto clave de la respuesta a la pandemia", sostuvo.
El fracaso de los líderes políticos en lograr la inversión necesaria para la lucha contra el VIH/Sida es equivalente a un genocidio, dijo Juilo Montaner, presidente electo de la no gubernamental Sociedad Internacional sobre Sida.
La Sociedad organiza la conferencia anual internacional y es la principal organización independiente de profesionales expertos en la enfermedad. Montaner es un respetado investigador sobre VIH en el Centro de Excelencia instalado en Vancouver, Canadá.
Los medicamentos ya desarrollados son efectivos en cuanto a prolongar la vida de los portadores de VIH, y deberían ser puestos a disposición de todos quienes las necesitan en el mundo sin importar el costo, opinó Montaner.
El suministro universal tendría un precio estimado en 7.000 millones de dólares anuales, y el costo de los análisis y del cuidado de la salud de los portadores sería similar a esa cifra, estimó.
A pesar de la asistencia de 31.000 participantes, la conferencia en Toronto será considerada en el futuro un fracaso, pues no determinó una dramática y acelerada expansión del acceso a las drogas antirretrovirales para millones de portadores de VIH en todo el mundo y una escalada simultánea de los esfuerzos de prevención, previó Wainberg.
"Es de una lógica absoluta que administrar medicamentos a los portadores para que sufran menos infección detendrá la propagación de la enfermedad", evaluó.
Wainberg, Lewis y otros expertos canadienses fustigaron al primer ministro Stephen Harper por no asistir a la conferencia y que sus representantes no hayan presentado anuncios de nuevos programas o de financiamiento.
De hecho, el gobierno canadiense fue invisible en una conferencia internacional celebrada en su propio territorio.
"Estoy consternado como canadiense por la ausencia del primer ministro Harper", dijo Robert Fox, director ejecutivo de la filial canadiense de la organización humanitaria Oxfam Internacional.
La ausencia ilustra a la perfección la completa falta de liderazgo político en materia de VIH/sida en Canadá y en la mayoría de los países industrializados, dijo Fox a IPS.
Los gobiernos del Norte no toman el problema en serio porque el grueso de los portadores están en el Sur, consideró.
Y, en alusión a la ovacionada presencia del ex presidente Bill Clinton en Toronto, concluyó: "Debemos mantener la presión para que en la próxima conferencia, en 2008, no sean los ex gobernantes los que causen conmoción, sino los actuales." (FIN/2006)