Tenía la intención de escribir sobre la extraordinaria proeza del peregrino Angel Sosa, pero después de leer el mensaje del padre David Pantaleón, párroco de Loma de Cabrera y Restauración, pienso que no hay nada que se pueda agregar para describir y resaltar la grandeza humana de ese gesto. Invito a todos los lectores de DiarioDigitalRD a leer este hermoso y auténtico testimonio del padre Pantaleón: “Desde hace varios meses Ángel Sosa se decidió a cargar una cruz todos los días cuatro de cada mes, desde su caserío de Los Miches hasta Dajabón. Al llegar a Dajabón, se detenía delante del edificio de la gobernación provincial reclamando, con su gesto de auto sacrificio, el cumplimiento de una promesa hecha por el señor presidente de la Republica Doctor Leonel Fernández Reyna hace mas de un año, precisamente un día cuatro.
Desde aquel discurso del presidente en una visita que hizo a esta región, se han hecho repetidas promesas de arreglos inmediatos de la carretera Loma – Dajabón. Antes de las elecciones recientes de mayo pasado se movieron algunos vehículos pesados en una escaramuza engañosa que buscaba desesperadamente los votos que el deterioro avanzado de la carretera, tantas veces prometida, pudiera arrebatar.
Y de nuevo el olvido. Y la rabia contenida ante las burlas repetidas.
Fue entonces cuando Ángel Sosa, el hombre de la cruz, se dispuso a emprender un viaje mas largo arrastrando el madero desde Dajabón hasta Santo Domingo, desde la olvidada frontera norte hasta el majestuoso Palacio Nacional.
Y a todos los que trabajamos, soñamos y luchamos aquí por un país mejor se nos apretó el pecho de emoción solidaria. Ese gesto nos representa con altura, valentía y dignidad. Ese gesto recoge nuestros gritos perdidos en la distancia. Ese gesto se apoya sobre lo mejor de nuestras tradiciones linieras:
1-La indomable perseverancia de los peregrinos de la Virgen que llegan desde lejos desafiándolo todo, sin temor al sacrificio, como lo expresa bien una salve que cantamos en la parroquia La Altagracia de Loma de Cabrera:
No le temo al sacrificio:
Agua, sol, lluvia o sereno.
Desde lejos vengo andando
Peregrino del Dios bueno.
2-Las luchas campesinas no violentas desde los tiempos del Padre Dubert hasta las protagonizadas por la Cauca (Confederación Campesina Autónoma) acompañadas por el Padre Regino y los equipos parroquiales de la provincia de Dajabón.
3-El sentido solidario que permanece vivo en esta región que ha sabido organizarse y crecer a contracorriente, enfrentando los castigos del continuo olvido de los centros de poder.
4-El milagro de la fe, que nos enseña a sacar fuerza de la debilidad.
Es por todo esto y mucho mas que Ángel Sosa no actúa como un hombre solitario, ni como un loco que arrastra una cruz por un capricho o un beneficio personal.
Desde que inició su larga peregrinación, el viernes 4 de agosto a las 7:30 a.m., no ha habido una sola reunión o celebración, no ha habido una sola familia que yo haya visitado en Loma o Restauración, que no esté pendiente de Ángel y de la reacción que tendrá el señor presidente.
En este momento que estoy escribiendo acabo de conversar por teléfono con Ángel. El está recuperándose en una clínica de la capital, después de once días de una larga y sorprendente peregrinación de protesta pacífica. Comparte casi llorando las hermosas experiencias de solidaridad que ha vivido de tanta gente buena y sensible a lo largo de su via crucis.
Yo sólo pude estar en la salida para la bendición de la cruz y tuve el honor de caminar un rato con el. Pero desde ese día me persigue hasta en los sueños este gesto valiente, heroico y noble., la silueta de un padre de familia desempleado, arrastrando por todos esa cruz fronteriza hacia la gran ciudad de los megaproyectos.
Y espero, como todos los que vivimos por aquí, que no sean sordo y mudo los muros del Palacio, sino casa abierta al diálogo y al servicio a los mas necesitados que reclaman con dignidad y sencillez lo que merecen por derecho.”
P. David Pantaleón s.j.
Párroco de Loma de Cabrera y Restauración.
16 de agosto del 2006.
Fiesta de la Restauración (y el sentido noble y heroico sigue vivo)