Los letreros populares no son culpables de ser el canal de expresión del sentir de un pueblo. Toda el alma de esta sociedad aparece reflejada en ellos. Cada uno de sus gustos y apetencias, los miedos y temores, los traumas y complejos, las formas de persuadir y de insultar, todo eso y mucho más, se evidencia en los carteles informales.
Lo anterior abarca, por supuesto, lo que más se vende y se demanda, lo cual parece no tener límites, ya que si exageramos un poco, dan la sensación de que el país entero está en venta. Y lo bueno es que cada día aparecen más letreros ofreciendo cosas para vender. En este medio de comunicación, la tecnología apropiada se pone a prueba, porque cualquier espacio, soporte o recurso, puede ser utilizado, y ya se han convertido el un fenómeno cultural aceptado, e incluso, disfrutado.
Ya se sabe que los carteles populares son el instrumento idóneo de publicitarse en la economía informal, que predomina tanto en el subdesarrollo, con la sabiduría popular puesta a prueba, al servicio de la supervivencia. Pero lo mejor no termina ahí, sino, que lo curioso es que comoquiera se entienden, o ¿es que acaso existe una sintonía permanente entre los emisores del mensaje y aquellos que lo reciben?
Si tomamos como ejemplo el letrero que más se repite, que resulta ser el de SE VENDE, veremos lo que ocurre, sin pretender en modo alguno el agotar todas combinaciones posibles, ya que puede aparecer escrito de las siguientes maneras, entre otras:
SE VENDE
CE VENDE
SE BENDE
CE BENDE
SVD
CVD
SVENDE
CVENDE
SDE
CDE
SVDE
CVDE
SVE
CVE
SBE
CBE
SVND
CVND
SE VND
CE VND
SE VEDE
CE VEDE
SE BEDE
CE BEDE
SE VEND
CE VEND
SE BEND
CE BEND
SV
CV
S’VENDE
C’VENDE
Este es el ejemplo más fehaciente de que la frase “el dominicano entiende como quiera” es muy cierta. Aquí no se origina lo que se conoce en lingüística como una polisemia, es decir, cuando se produce una pluralidad de significados, independientemente de los signos que la construyen, en este caso dos palabras que van asociadas.
En los letreros también existen estereotipos lingüísticos, ya que por ejemplo, si algún cartel del pueblo dice: “SE VENDEN POLLOS VIVOS…”, entre nosotros todo el mundo sabe, que falta: “O MATAOS”. De igual manera sucede con la frase: “SE CURA EL PECHO…”, ya que para nadie es un secreto que lo que sigue es: “APRETAO”. Si uno ve: SE CORTA, ya se sabe que lo que sigue es: CHAZO.
Los letreros dominicanos se complican aún más por las influencias de otros idiomas, como muestras tenemos, del inglés norteamericano: OK, FOR SALE, SE RENTA, HANDS FREE, DVD, CD, FRICER, etc. Del italiano probablemente procede el empleo del apóstrofe. Este es un signo que no existe en castellano, inclusive cuando la palabra siguiente no empieza por vocal, tal como ocurre en la lengua de Dante: D’JULIO, D’YOVANY. Igualmente, podría ser del inglés, como en los casos: YANI’S, RUBIO’S, o del francés, en menor medida. En algunos barrios aparecen letreros completamente en créole haitiano, y éste también ha influido en el empleo de la K, en lugar de la Q, como en AKI; y al poner la letra T, en vez del fonema TE, como es el caso de PRESIDENT, en sustitución de PRESIDENTE, entre los dominicanos. De la misma manera hay avisos informales en otros idiomas, en especial en las zonas turísticas.
Pero no se crean que todos los letreros tienen la misma finalidad, puesto que ésta puede variar mucho según la intención, al igual que los anuncios formales, y así tenemos que:
1.- Sirven para vender productos: CE BENDE PECAO, SE VENDE VINO DE UVA DE NEIBA, CVD MOCASINE.
2.- Se emplean para ofrecer servicios: MANICURE Y PEDICURE, SE CALGAN BATERIA, SALA DE TAREA.
3.- Se utilizan para “campañas de educación cívica”: NO AGA BUYA, NO SE ORINE AKI, REPETE, SIERRE LA PUELTA, CUIDAO AY PERO, NO MALA PALABRA. En esta categoría se incluyen aquellos que complementan amenazando, para que la “campaña” sea efectiva: LLAMAMO A P.N., SABEMO QUIEN E’, ESBITE UN BOCHE; o lo que están dramatizados y recalcados: COÑO, RECOÑAZO, CARAJO; o bien, los que insultan: SUCIO, PUELCO, JARAGAN.
4.- Se usan para mensajes de tipo social, o que sus autores creen que son de interés general, o expresan un pensamiento que los identifica: TRABAJA COMO YO, SOY SIEGA DAME ALGO, HOY NO FIO MAÑANA SI, LO MA LINDO E MI MADRE, LA TRE BELLEZA DE PAPI, Y TE DI GAVELA, POR NECIO HE PAGADO MUY ALTO EL PRECIO.
Los que aparecen en esta clasificación, serían los letreros en su estado puro, ya que es bastante frecuente que aparezcan con los mensajes mezclados, o sea, que son mixtos por su contenido, y ofrezcan todas las combinaciones posibles; y así tenemos que lo mismo pueden ofrecer un servicio al lado de un producto comestible…en el mismo letrero informal.
La malicia a veces se manifiesta en los carteles populares, y se convierten en vehículos de la desinformación. Los ejemplos más frecuentes podrían ser los de los colmados que esconden en su traspatio un negocio de apuestas clandestino, o una peluquería que en sus habitaciones interiores tiene una auténtica casa de citas. Y no digamos nada de las casas de masaje, que ofrecen “servicios completos”, ya que este caso es muy evidente de lo que se trata. Por razones obvias, los puestos de venta de sustancias prohibidas no se anuncian.
No se deben de confundir los letreros populares con los grafitis, ya que estos son pintadas más bien espontáneas, con más de una veintena de categorías, y que normalmente no tienen una finalidad utilitaria, que no sea la de desahogarse y quizá la de “decorar” un espacio: POR AQUI PASE YO, TONY AMA A TATI, FUI FUIO, MELLO EL 3M3N2; ni tampoco son señalen de tránsito rústicas: DEBIO, CALLE CORTÁ; ni mucho menos son ejemplos de propaganda política: EL PODER PAL EL PUEBLO, VOTE POR TOBIA, SANDINO VIVE, YANKI GO HOME; o propaganda religiosa: JOVEN CRISTO VIENE, ARREPIENTETE, EL FIN ESTA CERCA, 666 LA BESTIA.
El letrero popular es un medio de comunicación informal que permite conocer la idiosincrasia del pueblo como ningún otro. Hay uno que reza: SE VENDE DESAYUNO POR LA MAÑANA. Quien no sepa y comprenda las circunstancias, pensará que existe una redundancia en el mensaje; pero resulta que hay personajes en los barrios que se levantan tarde y van a los comedores a pedir un desayuno al mediodía, y pretenden que sea tan abundante como un almuerzo, pero, con el precio de un desayuno. En otro caso, uno se pregunta por qué dicen “POLLOS MATADOS”, y no “POLLOS MUERTOS”. Esa es una manera de evitar suspicacias, ya que si se dice “muertos”, se puede pensar que murieron a causa de una enfermedad, o por cualquier razón no ortodoxa. Hay un letrero popular muy simpático en Andrés, Boca Chica, en un pequeño tarantín, que dice así: LA MUGEL VONITA COME DON QUIERA…MAMI VAMONO ACOTA. Esto significa que primero piropea a la mujer, para que se acerque y no tenga reparos y luego la invita para que tengan relaciones. Un curioso escribió: CHISTERNA, en lugar de CISTERNA; esa es una manera graciosa de burlarse de las precariedades en el suministro de agua, ya que él tiene resuelto ese problema que afecta a sus vecinos del barrio. El humor también sirve para aliviar las penurias y precariedades, al sustituir la frustración por la risa, y de esa manera sirve de desahogo.
Hay otros que pueden dejar a uno pensativo, como aquel que pone: CVENDE ESTA MEJORA, y hay que ver de lo que se trata; y uno deduce que si esa es la mejora, cómo sería el otro hábitat principal antes de ser mejorado. O el que solicita: SE NECESITA MUJERE DE BUENA PRESENSIA PAGAMO MEJOL DE TOA, como una forma “elegante”, de ofrecerle trabajo a prostitutas, o quién sabe para qué oficio.
Naturalmente, que los regionalismos también hacen acto de presencia en los letreros populares. Ya se sabe que en la región sur ponen énfasis en las erres, así tenemos que alguien puso: SE ARREGLA RRADIO. En el Cibao hay gente que quiere disimular sus cibañeísmos y escriben: ACELTE, en lugar de ACEITE; HATUEL en vez de HATUEY; SEL por SEIS; SOL en sustitución de SOY; DELSI por DEYSI; ESTOL en lugar de ESTOY; NELBA por NEIBA, y así por el estilo. En la capital es frecuente ver carteles con el empleo de la ele en vez de la erre, como: CERRAL, JUGAL, PONEL, y así sucesivamente.
Hasta ahora el letrero popular dominicano más emblemático de los últimos tiempos, convertido en un verdadero icono, y que no ha sido superado todavía, es el de CRUCITA YIN. Este letrero-grafiti ha servido de inspiración a músicos de rock, a poetas, dramaturgos, etc.; y ni yo mismo sé quién fue ella. Sí sabemos sucintamente lo que expresó su concubino despechado en la pintada callejera, de que lo había traicionado, que le era infiel y lo abandonó con seis niños; pero no tenemos la versión de Crucita, ni tampoco de lo que ocurrió entre ellos realmente, ni mucho menos sus motivaciones. De la misma manera, tampoco se sabe cómo era o es esta mujer físicamente, y eso le da una ventaja, porque así la gente se proyecta en una Crucita Yin imaginaria y se la imagina rubia, negra, trigueña, mulata, fea, bonita, de origen chino, o descendiente de haitianos, con el pelo corto o largo, con moños, con un pañuelo en la cabeza, alta, bajita, de tamaño promedio, gorda, flaca, con la nariz aguileña, perfilada o ancha, de ojos negros, marrones, verdes o azules, o como sea. Ella ya es tan conocida que hasta aparece en el Internet.
Sin embargo, el ex-hombre de Crucita creó un problema metodológico de clasificación, sin pretenderlo en modo alguno; porque si ella volvió con él, lo cual desconocemos, entonces el mensaje funcionó como un aviso publicitario informal, o sea, como un letrero popular. En cambio, si no lo hizo, él se quedó frustrado, y el mensaje hay que incluirlo entre los grafitis.
Si comparamos nuestros carteles informales con los de otros países con mayor nivel cultural, como podría ser la Argentina o México, lo primero que notamos es el desparpajo y descuido con que son pintados los nuestros, incluyendo la gran cantidad de faltas ortográficas.
En los letreros barriales los textos que se plasman son un ejemplo real de que la información y la preparación que se destila de arriba hacia abajo en la sociedad dominicana, tiene muchísimas lagunas, que empieza principalmente por los profesores que se gradúan en pedagogía. Corregir un caos tan monumental con tantas carencias, con muchos intereses poderosos envueltos, vicios institucionales, demagogia y politiquería, es una labor titánica, muy a largo plazo, y que requiere de una continuidad, y de una gran capacidad, aparte, de unos recursos bien administrados.
Esto significa que tendremos letreros populares mal escritos, para rato.