El Tratado de Libre Comercio República Dominicana-América Central con Estados Unidos (DR-Cafta) puede ser "una tragedia" para los portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) al amenazar los remedios genéricos.
RÍO DE JANEIRO, go (IPS) – Acuerdos multilaterales y bilaterales de comercio y problemas ambientales, como cambios climáticos, constituyen graves amenazas a la salud humana, según expertos reunidos hasta este viernes en Brasil en el XI Congreso Mundial de Salud Pública.
Regulaciones domésticas, como las que restringen el comercio de tabaco o favorecen la producción de medicamentos genéricos, pueden ser cuestionadas por firmas extranjeras como "barreras comerciales", advirtió Ellen Shaffer, directora del Centro para Análisis de Políticas de Comercio y Salud (CPATH por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.
El Tratado de Libre Comercio República Dominicana-América Central con Estados Unidos (DR-Cafta) puede ser "una tragedia" para los portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) al amenazar los remedios genéricos, ejemplificó, destacando que en las negociaciones de este tipo de acuerdos, en general, no participan representantes de la salud pública.
Los factores determinantes de la salud, especialmente sociales y ambientales, acapararon las atenciones de los más de 10.000 participantes en el encuentro, iniciado el lunes y realizado en conjunto con el VIII Congreso Brasileño de Salud Colectiva, que tuvo como tema central la "Salud Pública en un mundo globalizado: rompiendo barreras sociales, económicas y políticas".
La globalización, sumando la liberalización de los flujos financieros y comerciales, no creó la pobreza y la desigualdad, pero las está agravando, afirmó el brasileño Roberto Guimaraes, al resumir el Informe de la Situación Social Mundial de 2005 que coordinó como funcionario del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y que se publicó con el título "El dilema de la desigualdad" (Inequality predicament).
Una profusión de datos, "insospechables porque son del Banco Mundial", muestra que la desigualdad persiste o aumentó en varios rubros en las últimas décadas, con el décimo más rico de la población concentrando 53,4 por ciento del ingreso planetario y sólo 2,2 por ciento para el décimo mas pobre, señaló.
A veces se usan estadísticas para ocultar esa verdad. La brecha entre países en desarrollo e industrializados se redujo desde 1990 en términos globales, pero "es una mentira" si se excluye a China, observó Guimaraes.
La disparidad se manifiesta también en dimensiones no económicas, como en educación, salud y patrones de consumo. Los países en desarrollo concentran 90 por ciento de la mortalidad materna mundial, sus mujeres enfrentan un riesgo 460 veces mayor de morir en el parto que el de embarazadas de países ricos.
Los resultados concretos del informe dependerá del uso que hagan los gobiernos, pero es importante por denunciar una tendencia agravada por los acuerdos de libre comercio y porque propone medidas que pueden contrarrestarla, dijo Guimaraes a IPS.
Ya se sabe, por ejemplo, que las remesas de dinero envidas por los emigrantes a sus países de origen superan en mucho la ayuda al desarrollo ofrecida por el mundo industrializados, que nunca cumplió la meta acordada.
Pero esas remesas pagan de 10 a 20 por ciento de tasas bancarias, un costo que podría reducirse en favor del desarrollo, sostuvo.
Para promover la generación de empleos decentes, como propone la Organización Internacional del Trabajo, se puede crear una certificación como la ISO, que mal o bien representó un avance en la cuestión ambiental, para empresas que respecten los derechos laborales, y no exploten el trabajo infantil, añadió Guimaraes.
La ISO son normas internacionales industriales y comerciales fijadas por la no gubernamental Organización Internacional para la Estandarización.
Los países en desarrollo deben evaluar con el máximo de precaución una adhesión al Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (GATS en siglas inglesas), en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio, porque significa asumir compromisos que será "muy difícil cambiar en el futuro", recomendó Chantal Blouin, investigadora del Instituto Norte-Sur, de Canadá.
Son acuerdos que protegen principalmente los inversionistas extranjeros, cuyos intereses no coinciden con los de la salud pública del país. Las inversiones en servicios de salud en América Latina, por ejemplo, buscan sólo sectores de "altos ingresos y bajo riesgo", aprovechando la "débil regulación" del sector, indicó a modo de ejemplo.
La relación entre ambiente y salud también fue tema de numerosos paneles y charlas durante el Congreso de la Federación Mundial de las Asociaciones de Salud Pública.
"Un cuarto de las muertes en el mundo son provocadas por fenómenos ambientales", y en los años 90 los desastres naturales provocaron medio millón de muertos y 750.000 millones de dólares en pérdidas materiales, destacó el vicealmirante Conrad Lautenbacher, representante del Ministerio de Salud y de la Marina de Estados Unidos en el Sistema de Sistemas de Observación Global de la Tierra (GEOSS en siglas inglesas).
El sistema fue presentado por Lautenbacher como una especie de "Big Brother (gran hermano)" ambiental, juntando organizaciones y científicos de 65 países en un esfuerzo por monitorear el planeta para prever desastres naturales, como tsunamis y huracanes, acentuados últimamente.
Los cambios climáticos y ambientales, estimulados por el tipo de desarrollo adoptado, tienen una relación directa con muchos problemas de salud, por ello constituyeron un tema central del encuentro, justificó a IPS Alvaro Matida, secretario general del Congreso, que por primera vez tuvo lugar en América del Sur.
El agua, abundante y descuidada en América Latina, es un grave problema de salud pública, así como fuente de conflictos que también están dañando la salud humana, concluyó. ***** +Federación Mundial de las Asociaciones de Salud Pública (http://www.wfpha.org) +Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (http://www.un.org/esa/desa/)