Al empezar la organización y modernización del transporte en la gestión pasada por la actual administración peledeìsta los chóferes de la OMSA, parecían santos: decentes, simpáticos, ecuánimes, vestidos impecablemente como se acostumbra en la mayoría de los países organizados, además de ceder el paso, cuidaban a los transeúntes y los autobuses como si fueran suyos.
De igual modo, los supervisores y policías de AMET se hicieron famosos en pocos días por sus arduas y buenas acciones, hasta al punto que los conductores todos, se esmeraban en no infligir las leyes de tránsito. ¡Pero como en nuestro país las leyes y disposiciones siempre se cumplen los primeros días!, resulta y viene a ser, que ya lo choferes de los carros públicos, pero mucho menos los de la propia OMSA, les temen a dichas disposiciones y normas.
Por el ensanche Espaillat, por ejemplo, por donde circula el corredor OMSA-carretara Mella, una guagua por poquito se introduce en el patio de una vivienda, y casi a diario en este sector se estrellan estos autobuses por la manera inadecuada e imprudente de conducir de estos choferes También, es bueno señalar, que en el tramo de la Padre Castellano, comprendido desde la calle 8 a la entrada de la Charles está en muy mal estado, dado a la gran cantidad de hoyos y charcos. Tanto es así que este tramo tuvo que ser rellenado con caliche y tierra negra por lo moradores de esos sectores.
Nosotros –que somos ciudadanos preocupados por la suerte de este humilde y querido pueblo–, queremos aprovechar esta vía para hacerles un llamado al general José S. Fernández Fadul, jefe de Amet, y al ingeniero Ignacio Ditrén, director de la Omsa, ya que en ellos está cifrada nuestra esperanza para que la organización y modernización del tránsito prosiga y se mantenga tal como comenzó.
El autor es periodista y Lic. en Contabilidad.