MIAMI.-Por falta de solidaridad de los ejecutivos de El Nuevo Herald, renunció a ese diario el periodista José Antonio Evora, a quien los animadores del controversial programa El Vacilón de la Mañana habrían insultado en unas de sus emisiones. Los referidos conductores del espacio radial, en vez de recibir el rechazo del diario, fueron respaldados con una entrevista publicada recientemente. Se trata del mismo espacio que ha mantenido una campaña de difamación contra los artistas dominicanos Juan Luis Guerra y Sergio Vargas.
La renuncia de Évora está contenida en una carta dirigida a los ejecutivos de El Diario, que publicamos a continuación.
Jesus Díaz, Jr., presidente, The Miami Herald Media
Company Robert Beatty, General Counsel, The Miami Herald Media
Company Humberto Castelló, director, El Nuevo Herald
Gloria Leal, directora asociada y editora de Galería,
El Nuevo Herald
Colegas:
Bajo el título de "El Vacilón renovado y por TV'', Salió publicada este miércoles en la página 5D, sección Sabores, de El Nuevo Herald, una entrevista de Lena Hansen a Enrique Santos y Joe Ferrero, conductores del programa "El Vacilón de La Mañana'', de la emisora El Zol 95, perteneciente a la cadena SBS,propiedad de Raul Alarcón, Jr.
Hace apenas un año, tres días después de que apareciera en nuestras páginas una crítica mía sobre las obscenidades en la radio (“Apaga y vamos', revista Viernes, 5 de agosto,
2005), Santos y Ferrero conminaron durante varios días a los oyentes del programa a cancelar sus suscripciones a El Nuevo Herald y, al menos dos veces (lunes 8 de agosto, 2005, 7:36 a.m. y 9:44 a.m.), los instigaron a quemar ejemplares del diario en las calles y frente a nuestro edificio.
Una parodia de la canción "El periódico de ayer'', que Santos y Ferrero sacaron entonces al aire en emisiones sucesivas, decía textualmente (ruego que me disculpen, pero para asegurar la claridad, este mensaje incluye mas de una vez citas con
lenguaje obsceno):
"Su reportaje me limpié el culo con él/ el Herald es un periódico de ayer/ que nadie más procura ya leer/ El ha ofendido la audiencia, Mami, hay que repudiarlo a él/ analízate
Su historia, límpiate el culo con él…"
Ambos vinieron esa semana a nuestro edificio, sacaron al aire en vivo conversaciones con empleados del Herald que pasaban por el vestíbulo y a quienes luego se referían como "gente cordial, que no son como Evora'', y antes de marcharse me dejaron con el encargado de la seguridad una foto autografiada en la que Santos había escrito: "Fuck You, Evora''.
En la emisión del lunes 8 de agosto del 2005, con la voz de su personaje “Elba la fumadora', Santos dio repetidas veces el teléfono de la pizarra del Herald y dijo, refiriéndose a mí:
“Llámenlo a ese número y deféquense en su madre''.
Mi contestadora estuvo varios días atestada de mensajes, la mayoría insultantes y algunos con amenazas contra mi vida. En dos de ellos, que conservo grabados, las voces de dos hombres dicen "cuídate por ahí'' y "mereces que te pase por arriba con el camión''. En aquel momento mi esposa estaba amamantando a mi hija de dos meses de nacida, y fue tanta la tensión, que no pudo seguir haciéndolo. En su momento informé todas estas cosas a mis superiores.
A raíz del problema tuve una conversación informal en el ascensor con el abogado de la compañía, Robert Beatty, y le conté algunos de estos detalles, pero después el director del diario, Humberto Castelló, habló con él sobre el asunto y Beatty le dijo que el caso no daba margen para una acción legal contra SBS.
En ningún momento Santos y Ferrero se han disculpado pública ni privadamente conmigo ni con El Nuevo Herald.
Para mí ha sido profundamente desmoralizante que mis editores publicaran la entrevista de este miércoles como si nada hubiese sucedido. Fue prácticamente una humillación. Santos y Ferrero aparecen en la entrevista como "el dúo dinámico'' que rompetabúes, y como "leyendas locales que buscan reinventarse en un nuevo espacio televisivo'', y al hablar de sí mismos dicen ser personas para quienes la honestidad "ha sido un punto clave''. Incluso pretenden darnos lecciones: "La prensa suele darle más importancia a la percepción que a la realidad, y queremos invertir eso''.
Cuando terminé de leerla la mañana del miércoles mi primera reacción fue de furia. Lena Hansen estaba en la redacción, se lo comenté y ella se disculpó conmigo. Pensé que debía calmarme para analizar las cosas con toda serenidad y me sumergí en el trabajo del día. Antes de salir fui a la oficina de mi editora,
Gloria Leal, y le conté el inmenso malestar que me había provocado la entrevista. Siento, y así le expliqué, que el periódico me dejó solo en un debate inconcluso, que inexplicablemente ha pasado por alto agresiones flagrantes contra un miembro de su equipo y contra el periódico mismo, y que luego acepta promover a los agresores sin exigirles que se retracten de sus infamias.
Después de pensarlo mucho, he decidido que este episodio hace forzosa mi renuncia. Lo hago con dolor, porque me apasiona mi trabajo y porque justamente estos días cumplo 10 años en la compañía, pero no veo otra salida. Ahora mismo no tengo la menor idea de dónde podré encontrar empleo, pero lo que sí me ha quedado muy claro es que la publicación de esa entrevista abrió una brecha infranqueable entre mis puntos de vista y los de los editores de El Nuevo Herald.
Sinceramente,
José Antonio Evora.