Los actos claros, documentados y convincentes de corrupción que culminaron la primera mitad del periodo de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, involucrando a funcionarios del gobierno del “progreso y la modernidad”; a menos que los vocingleros morados quieran culpar al PPH de esos actos de “progreso” que fueron a parar al congreso con firma y aprobación del Presidente de la Republica y/o su consultor jurídico. Pero como de lo que se trata es que el Presidente Leonel Fernández, candidato a la reelección, no sea tocado ni con el pétalo de una rosa, él no sabe como salió un documento solicitando su aprobación y los fondos que pusieron a trabajar a toda maquina al congreso hasta la madrugada para aprobar unos proyectos de prestamos que constituyen una aberración para el gobierno “honesto y serio” del PLD.
Proyectos que fueron preparados aviesamente, con premeditación y alevosía; el préstamo para equipar la Policía Nacional de 138 millones de dollares (unos 4,300 millones de pesos), préstamo que el jefe de la policía no conocía (eureka!), cuyos precios fueron duplicados en muchos casos, etc., La empresa privada que asumiría los cobros y ventas de Bienes Nacionales, esta formada por “amigos y familiares” de funcionarios del gobierno; el contrato de préstamo para el Metro desmonta la mega mentira de que este se construiría con fondos privados; por ultimo el proyecto de la famosa Isla Artificial, apadrinado por el amigo personal y Secretario de Estado de apellido Selman.
Eso no es corrupción, eso no es trafico de influencia, eso no es compra de votos en el senado. Este hecho fue bien planificado, claro que muchas bocinas pagadas ni se imaginaban que todo fue un plan de doble filo, por un lado embarraban de nuevo a los legisladores del mal trecho PRD evidenciándolos como vendidos al “oro corruptor” del “sector de la sombras moradas”, con lo que daban otro golpe a la mal trecha moral perredeista; de paso daban al Presidente Fernández la oportunidad de devolver dichos proyectos de ley al congreso “morado” que ahora surgirá como el sensor de esos engendros.
Como ven, se vuelve a repetir el famoso dicho del presidente Balaguer: “La corrupción se detiene en la puerta de mi despacho”; todos son corruptos menos el Presidente, así lo que se puede arreglar es obra del “milagro morado”, lo que no es posible obra del “PPH” y colorin colorado…