SANTO DOMINGO.-La Iglesia Católica arreció su posición frente al aborto, al compararlo con crímenes como el parricidio, el matricidio y el infanticidio. Utilizando un lenguaje inusual, a través de la Pastoral Juvenil, le entra a dos manos a la sociedad dominicana, a las autoridades y a las clínicas que su lucran de los abortos, calificando los trabajos que realizan para parar ese mal como “mediocre”.
En una comunicación entregada al presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, la Pastoral Juvenil encabezada por el padre Luis Rosario, planteó que en la nueva discusión del Código Penal, observado por el Poder Ejecutivo no se despenalice el aborto disfrazándolo.
“Aprobando la despenalización del aborto, el Congreso de la República perdería toda credibilidad y la autoridad moral para establecer leyes encaminadas a defender los derechos de la ciudadanía” expresa el documento.
Aunque admite que la mujer tiene derechos reproductivos y es dueña de su cuerpo, dice que nunca podría afirmarse que la vida que se gestó en sus entrañas no tiene sus propios derechos.
Añade que la despenalización del aborto en vez de ser un signo de desarrollo constituye un retroceso que coloca la país en la misma altura que de los países que se han prostituido, abriendo espacio para un crimen que califican de horroroso y a “degeneraciones como el matrimonio entre homosexuales y lesbianas, pornografía y otras barbaridades”.
Al cuestionar el atraso que para la Pastoral Juvenil supone la aceptación del aborto, destaca que se progresa cuando se crean empleos para los ciudadanos, proyectos de viviendas para una vida mas digna y la educación llega a toda la población.
“Es escandalosa la actitud de permisividad y de transigencia legal de la sociedad dominicana y de sus autoridades en relación a la cantidad de clínicas y médicos que se lucran a diario del crimen del aborto, así como el mediocre trabajo que se realiza para evitar este mal” expresa la Pastoral Juvenil.
En su carta a los diputados que han de rediscutir el Código Penal, destacan que en el tema del aborto no caben medias tintas porque es un asunto de vida o muerte, y ante la disyuntiva, la única opción humanística y democrática es elegir la vida.