El abuso de poder, la coacción de libertades y el incumplimiento de las leyes aún predominan en la República Dominicana. La Policía Nacional y sectores del poder impidieron realizar La Otra Feria, demostrando con eso que existe un verdadero retroceso del sistema democrático en el país. Un gran grupo de jóvenes de diferentes universidades e ideologías, se organizó para presentar una feria que mostrara la otra cara de quisqueya, en contraposición a la presentada por el Gobierno denominada “Diez años de una visión”.
Cabe resaltar que somos jóvenes que hemos hecho actividades en gobiernos anteriores. El fin de nosotros no es oponernos a todo como alegan algunos sectores, sino señalar las prioridades nacionales para que sean resueltas ¡ya!
La juventud que se siente comprometida con la democracia, el pensamiento critico y que tiene vocación social se dio cita en el Parque Duarte, para así poner en alto la enseña tricolor.
El objetivo de La Otra Feria era mostrar la verdadera República Dominicana, la que sufre, día a día, por no tener la calidad de vida que se merece.
No obstante haber cumplido con todos los procedimientos legales, notificando a las autoridades competentes la actividad a realizar, se nos impidió el derecho a disentir sobre el acontecer nacional de una manera tan grosera que llegó al extremo de privar la libertad de nuestro amigo H. Galván.
A la servil arquitecta que se prestó a responder a la orden que le dieron sus superiores, sólo me queda decirle que la historia juzgara su actuación, y a las autoridades policiales que estamos analizando proceder legalmente por la violación a los derechos del ciudadano Galván.
A pesar de todo lo ocurrido hemos dado una muestra a la clase política dominicana de cómo se defienden los derechos de los ciudadanos, reclamando a toda voz democracia y libertad, no nos atemorizamos.
Convocamos nuevamente a toda la sociedad dominicana a que participe el día 24 de septiembre en La Gran Feria por la Democracia Dominicana, que será efectuada en una plaza pública anunciada próximamente.
Pensaba despedirme agradeciendo a la prensa dominicana y a la sociedad en su conjunto por el apoyo que nos brindaron, pero pienso que los deberes no se agradecen, en consecuencia solamente nos queda exhortarles a que sigamos exigiendo lo que nos merecemos y nos unamos a luchar por una República Dominicana menos desigual.
¡Que viva la Democracia Dominicana!
¡Que viva la Libertad!