No hay porqué lamentar que Sergio Vargas, ahora diputado, haya utilizado una camiseta del líder guerrillero argentino, Che Guevara, dos días antes de juramentarse como diputado, (lean bien, que no es como han dicho por ahí que se apareció en el Congreso con ella, o que fue después de juramentado como legislador que la utilizó). El merenguero que ahora es legislador ha sido claro al decir; “En ningún momento he tenido vínculos, ni simpatías políticas por Fidel Castro ni por ningún partido cubano”.
Pero Sergio no ha debido ni siquiera dar declaraciones en torno a este “conflicto”, diría yo fabricado con la única intención de provocar la atención y el rating de un espacio radial. Y digo que no ha debido hablar y le añadiría que ni preocuparse por ello, porque es justo lo que ellos han querido.
Recuerdo que al día siguiente de haber publicado la nota de Sergio Vargas en la que salió la foto que ha causado este revuelo, recibí una llamada de uno de los ejecutivos del consorcio, MegaTV que son los dueños de la emisora a través de la cual se transmite el programa “El vacilón de la mañana”, para pedirme mis números para una entrevista y posteriormente también pidieron la autorización de la foto en la que el “Negrito de Villa” lucía su camiseta con el Che. Mientras esa persona hablaba conmigo pensó que encontraría una cómplice para seguir su “juego”, y hasta recuerdo que me dijo, que si él quería frenar de alguna manera esta incomodidad y el enojo que en cierto modo externaban los cubanos en Miami a través de su espacio que le aconsejaba a emitir unas declaraciones diciendo que él no tiene nada que ver con el régimen cubano y demás, pero que era mejor si lo hacía por su medio, es decir, que la exclusiva también fuera para ellos.
Eso lo interpreté como un chantaje, un chantaje al que no me presté y que no puede permitir ni Sergio Vargas, ni ningún artista dominicano.
Estuve recientemente en la ciudad de Miami, y estando en el hotel encendí el radio y para sorpresa mía el dial estaba en la emisora de “El Vacilón de la mañana”. Escuché tantas informaciones inciertas ese día en ese programa que tuve la intención de llamar, pero lo olvidé.
Recuerdo claramente que hablaban de Juan Luis Guerra, y de que la medida que ha impuesto el Gobierno que busca enfrentar la delincuencia y el narcotráfico, específicamente el cierre de los centros nocturnos a tempranas horas de la noche, había sido una idea del intérprete de “Las avispas”, porque (según decían ellos), como él se había convertido al señor, ahora no quería que nadie bebiera. Traigo esto a colación para reafirmar que esos muchachos (los conductores del programa El vacilón de la mañana de Miami) que tanto respeto dicen tener a la comunidad dominicana, en más de una ocasión han hablado deliberadamente de nuestros artistas hasta llegar al punto de ridiculizarlos, entiéndase que Sergio Vargas no es el primero y estoy segura que no será el último que utilizarán con el único fin de fabricar noticias y buscar rating.
En una carta publicada en su página web uno de los conductores del espacio dijo: “No pierdo la fe y tengo la esperanza que esta situación se aclare y que el veneno que han inyectado algunos que quieren ganar fama a raíz de esto se cocinen en su odio”. Es extraño escuchar esto de sus labios, si ellos han sido los únicos interesados en hacer daño al hacer creer que el “diputado que canta”, es un activista Castrista. Me pregunto ¿Quién más que ellos han querido hacer daño con esto?
Los que conocen al “Negrito de Villa”, saben que es una persona muy auténtica y si utilizó la camiseta en la fiesta del Jet Set, fue como una prenda más de vestir a la que no le dio ninguna significación especial. Si ellos, los cubanos de Miami, que entiendo que no son más que un grupito, quisieron interpretarlo como un mensaje de apoyo a Fidel Castro, que se queden con esa idea. Yo apoyo a Sergio Vargas, como lo debe hacer toda la comunidad dominicana residente en los Estados Unidos y en Miami específicamente en el día de hoy y siempre. Es momento de que sepan que nadie puede atropellarnos por que sí, y que nuestros artistas tienen dolientes y deben ser respetados, como se le respeta por estos lados a su gente y a sus artistas.