Relatan algunos biógrafos de Stalin que para la Conferencia de la ciudad de Yalta celebrada en el palacio de Livadiya, del 4 al 11 de febrero de 1945, para coordinar las acciones militares entre Gran Bretaña, Rusia y Estados Unidos, alguien propuso invitar al Papa Pío Xll. Stalin preguntó cuántos divisiones, aviones y tanques de guerra tenía el Papa. La respuesta fue: ¡Nada, señor! Siendo así, no hay ninguna razón para que esté en la Conferencia. Y allí estuvieron, en la península de Crimea, los verdaderos jefes de la Segunda Guerra Mundial, Stalin, Churchill y Franklin Delano Roosevelt.
Sectores de la sociedad civil, del empresariado y de la Iglesia Católica, reclaman una Junta Central Electoral cuyos miembros no pertenezcan a ningún partido político.
Propugnan porque los miembros del tribunal electoral sean escogidos por "consenso", para lo cual han elaborado un "perfil" donde sólo tienen cabida los señalados por la cúpula de la Iglesia, del empresariado y de la "sociedad civil" organizada.
Aquí la alegoría: ¿Cuántos votos obtuvo la sociedad civil? ¿Cuántos votos sacó el monseñor que hace esfuerzos por imponer a uno de sus hombres de confianza como presidente de la JCE?
En casi todos los países de América Latina los tribunales, consejos o juntas electorales los escoge el Congreso.
En el Congreso de la República Dominicana no hay legisladores independientes. Todos representan partidos. Y el Congreso tiene la facultad constitucional para designar los jueces de la JCE. Mal harían en darle a la sociedad civil organizada, a la Iglesia y a los empresarios la dirección de la JCE.
En Ecuador el artículo 208 de la Ley Electoral establece que "El Consejo Central de Elecciones estará formado por tres miembros elegidos por la Asamblea Legislativa, de cada una de las ternas propuestas por los tres partidos políticos o coaliciones legales que hayan obtenido mayor número de votos en la última elección presidencial". "Habrá tres miembros suplentes elegidos en la misma forma. El Presidente será el del partido mayoritario. Durarán cinco años en sus funciones".
En El Salvador la ley señala que el "Tribunal Supremo Electoral estará formado por 5 magistrados, quienes durarán 5 años en sus funciones y serán elegidos por la Asamblea Legislativa. Tres de ellos de cada una de las ternas propuestas por los tres partidos o coaliciones legales que hayan obtenido mayor número de votos en la última elección presidencial. Los dos Magistrados restantes serán elegidos con el voto favorable de por lo menos los dos tercios de los diputados electos, de dos ternas propuestas por la Corte Suprema de Justicia…"
En Nicaragua el Consejo Supremo Electoral lo integran 7 personas. Actualmente, el Partido Liberal Constitucional, en el poder, tiene cuatro, y el Frente Sandinista, tres. La representación congresional determina la cantidad de miembros en el Consejo Electoral. En Honduras lo integran tres jueces. Los dos partidos mayoritarios tienen uno y las minorías congresionales escogen el tercero.
Hay países, como Costa Rica, donde universidades y jueces de la Suprema Corte de Justicia tienen un papel preponderante. Pero en ningún caso los partidos están ausentes.
En nuestro país los mayores escándalos por fraudes electorales se han producido bajo la dirección de los "notables independientes" que quieren estar con Dios y con el Diablo, pero a la hora de repartir terminan con el Diablo.
Soy partidario de que los partidos mayoritarios, PLD, PRD y PRSC se pongan de acuerdo sobre el método de escoger a los jueces electorales, sin marginar a los partidos minoritarios que también deben estar representados.
Si algunos curas, empresarios y miembros de la sociedad civil organizada quieren estar en la JCE en calidad de jueces, que participen en las elecciones.
¿Por qué razón los partidos políticos tienen que darle la JCE a la sociedad civil, a la iglesia y a los empresarios? ¿Ponen ellos en peligro a sus gentes? Las últimas dos elecciones han sido organizadas por jueces que tienen militancia política. Y nadie puede hablar de fraude patrocinado por esos jueces.
Si la decisión estuviera en mis manos, le daría tres jueces al PLD, dos al PRD, dos al PRSC, uno a las universidades y el otro al colegio de abogados, de periodistas o de las iglesias.