SANTIAGO.- Varios heridos, incluídos dos a balazos, fue el resultado de un enfrentamiento entre choferes de una ruta del transporte urbano de esta ciudad, en el transcurso de una reyerta que provocaron dos bandos del sindicato que los agrupa, que reclaman el control de la entidad. Las dos personas alcanzadas por disparos fueron identificadas como Ramón Antonio Ramos y Frank Félix Mejía Sánchez, el primero impactado por un proyectil en la espalda izquierda y el otro en el pómulo derecho.
Los dos se encuentran internos en el hospital José María Cabral y Báez, al igual que Wascar Saint-Hilaire, quien recibió un botellazo en la parte trasera de la cabeza. Otros choferes resultaron con heridas leves, a causa de tubazos, garrotazos, botellazos, piedras y trompadas que matizaron el enfrentamiento.
El hecho se produjo a eso de las 11 de la mañana de ayer, en los alrededores del local de la Ruta “M” de esta ciudad, donde se presentaron varios de sus miembros, reclamando la renuncia del secretario general, Mario Ureña.
Horas antes de producirse la batahola, la directiva del gremio pidió protección policial, por lo que una unidad de esa institución se apostó en el área, a la espera del sector choferil que adversa a Ureña.
En el momento en que el oficial comandante de la tropa persuadía a los grupos en pugna a que evitaran una tragedia, se escucharon disparos precedidos por el lanzamiento de piedras y botellas, degenerando en una batalla campal. Uno de los choferes se vio haciendo disparos con un arma de facturación casera (chilena).
Ante esa situación, los policías decidieron lanzar varias bombas lacrimógenas, logrando provocar una estampida que, al decir de choferes consultados, evitó una desgracia mayor.
ORIGEN DEL CONFLICTO
Desde hace algunos meses, miembros del sindicato de la ruta “M”, encabezados por Persio Veras y Tulio Ramos, dirigentes regional y provincial de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre, respectivamente, reclaman la renuncia de Mario Ureña, a quien acusan de negociar algunas franjas autorizadas por el Ayuntamiento.
Sin embargo, el secretario general del sindicato niega la acusación, reclama que se presenten las pruebas y garantiza que permanecerá en el puesto por el período de dos años, como fue electo, restándole uno.
Se supo que la matrícula oficial del sindicato la componen 964 choferes de los que, según Ureña, menos de 50 son los que integran el grupo que propugna por su renuncia.