Hay situaciones en la vida que no se entienden y quejas que no se justifican y aunque usted haga todos los esfuerzos por haber no hay forma de comprenderlos. Existen pronunciamientos que aunque se tenga la razón, ha muchos no les da la gana que se digan porque atropellan sus intereses, vivimos en un país en el que dependiendo de la posición que usted ocupe trata de tapar el sol por ese lado, y de lado en lado lo tapamos todo y como decimos en buen dominicano tapamos el sol con un dedo pero solo desde la óptica del interesado, porque el pueblo dominicano no es bobo ni nunca a pretendido serlo, lo que pasa es que algunos sectores del gobierno piensan que somos niños de teta y queremos ocultar lo que con o sin lentes o lupa se ve.
Eso ha pasado con esta honorable ciudadana española, que por decir a voces lo que el pueblo dominicano sabe y calla con relación a la seguridad jurídica, se encuentra entre la espada y la pared, calificando algunos su actitud de desafiante e irrespetuosa.
Señora Embajadora, no importa que por decir la verdad la crucifiquen que lo hagan una y mil veces, muchos han criticado sus pronunciamientos, pero ninguno los ha desmentido, tal vez en su caso por ser diplomática debió canalizarlos por los organismos correspondientes, pero siempre es bueno tener pendientes que por la verdad murió Cristo, no importa en muchos casos lo que haya que sacrificar.