WASHINGTON, 13 sep (IPS) – El habitual análisis anual de la economía global y la posibilidad de dar mayor peso al Sur en desarrollo en el Banco Mundial y el FMI dominarán las reuniones que realizarán ambas instituciones en Singapur la semana próxima.
El FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco son dos de las más poderosas organizaciones multilaterales del planeta, cuya influencia por la implementación de reformas de mercado sobre las naciones que toman sus créditos ha sido un motor esencial de la globalización corporativa.
Sus reuniones son, por lo general, una veleta que marca la dirección de la política económica mundial y la salud del sistema financiero internacional.
En las próximas reuniones, que se celebrarán los días 19 y 20, la prioridad de la agenda del Banco Mundial será la campaña anticorrupción promocionada por su presidente, Paul Wolfowitz, según fuentes de la institución.
Wolfowitz revelará su plan sobre corrupción y gobernanza, para el cual confía en obtener el respaldo pleno de los países más ricos, que dominan las dos instituciones fundadas en la localidad estadounidense de Bretton Woods.
Estados Unidos es el mayor accionista individual de las dos.
Wolfowitz anunció una estrategia a largo plazo, consistente en el uso de los fondos y la capacidad técnica del Banco para ayudar a los países en desarrollo a eliminar prácticas desonestas como los sobornos. Uno de los mecanismos sería el despliegue de equipos anticorrupción en las oficinas nacionales de la institución.
También propondrá reestructurar el Departamento de Integridad Institucional del Banco, un cuerpo inspectivo, para mejorar la eficacia y claridad de sus operaciones.
Pero organizaciones no gubernamentales que se oponen a las políticas proempresariales del FMI y el Banco critican el hecho de que Wolfowitz, uno de los arquitectos de la guerra de Estados Unidos contra Iraq, esgrima esa agenda para acosar a regímenes enemistados con Washington.
Estos activistas se enfrentan con un dilema. La lucha contra al corrupción ha sido una de sus demandas tradicionales al Banco Mundial, pero temen que la campaña de Wolfowitz no apareje un cambio real en beneficio de los países acreedores.
El marco anticorrupción del Banco elude cuestiones clave, como los mecanismos sistemáticos utilizados para estafar a los países en desarrollo, según Shannon Lawrence y Peter Bosshard, de la Red Internacional de Rios.
Otros activistas consideran que será interesante ver al Banco admitir una revisión de su propio rol en la corrupción por sus políticas "ilegítimas" de créditos a regímenes corruptos.
"Reclamamos al Banco someter a una auditoría a sus propios préstamos del pasado, si es verdad que habla en serio y quiere eliminar las causas subyacentes de la corrupción en los países empobrecidos", dijo Debayani Kar, de la filial estadounidense de la organización antideuda Jubilee.
Muchas de esas deudas pueden calificarse de ilegítimas, dado que fueron tramitadas por regímenes cleptocráticos como el de Alí Suharto en Indonesia y la familia Duvalier en Haití.
Otro punto clave de la agenda de la reunión es la energía, en especial adopción de fuentes limpias de energía y el abatimiento del cambio climático.
El plan en ese sentido, que será presentado en Singapur, fue elaborado por el Banco a pedido del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo, que el año pasado afrontaron un gran aumento del precio del petróleo.
El Banco Mundial aseguró que su nuevo programa reducirá el cambio climático y ampliará los servicios de energía a los más pobres, y comprometió para este mismo año 871 millones de dólares a proyectos sobre fuentes renovables y eficiencia del sector.
Pero los críticos consideran que eso beneficia en primera instancia a los países más ricos en su búsqueda de nunca acabar de fuentes de energía, a los que facilitará la búsqueda de crudo al margen de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El documento ignora las fuentes alternativas y renovables de energía, al tiempo que defiende "megaproyectos" como represas hidroeléctricas y reactores nucleares, que tienen un alto costo para las comunidades locales y el ambiente y deparan grandes ganancias a las corporaciones.
Organizaciones de la sociedad civil planean ventilar sus quejas en el Foro Internacional de los Pueblos, cuya realización está prevista en la isla indonesia de Batam, luego de que Singapur prohibió su celebración allí.
Pero ahora también las autoridades de Batam se muestran reticentes a albergar el Foro. La policía negó los permisos, pero los expidió luego de reclamos internacionales.
El FMI, por su parte, afrontará discusiones sobre su estructura institucional y el poder interno de los países pobres.
El director gerente del Fondo, Rodrigo Rato, propondrá aumentar el poder de voto de países emergente clave, como China, México, Turquía y Corea del Sur, y confía en que logrará su aprobación.
Activistas y países en desarrollo han reclamado estos cambios durante años.
Las dudas sobre el futuro del FMI, dominantes tanto entre los simpatizantes como los críticos de la institución, aumentaron en los últimos meses, luego de que dos de sus principales clientes, Argentina y Brasil, anunciaron el pago anticipado de todas sus deudas con el organismo. (FIN/IPS/traen-mj/em/ks/wd if dv md pn/06) (FIN/2006)