WASHINGTON, (IPS) – Dos años antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el ex congresista y pensador conservador Newt Gingrich intenta desesperadamente acaparar la atención nacional prometiendo ser más duro que George W. Bush ante lo que denomina "tercera guerra mundial". En el último de una serie de discursos, Gingrich llamó esta semana en el neoconservador American Enterprise Institute (AEI) a "borrar a las fuerzas del (movimiento islamista afgano) Talibán" de la septentrional zona pakistaní de Waziristán, si Islamabad no logra hacerlo.
También instó a la administración de Bush a "dar todos los pasos necesarios" para obligar a Irán, Siria y Arabia Saudita a que detengan el flujo de armas, dinero y personas a Iraq.
Además, pidió "organizar a cada grupo disidente en Irán" con el objetivo de reemplazar el régimen, y en caso de fallar, "utilizar la fuerza militar". Gingrich también llamó a "acabar" con el régimen de Corea del Norte si éste envía material o armas nucleares a cualquier otro país.
El ex presidente de la Cámara de Representantes insistió en que el Congreso legislativo debe aprobar una legislación "que reconozca que estamos entrando en una tercera guerra mundial y que deje en claro que Estados Unidos usará todos sus recursos para derrotar a sus enemigos. No acomodarse ni comprender ni negociar con ellos, sino derrotarlos".
Estas declaraciones, que recibieron una crítica muy favorable en el semanario conservador Weekly Standard, fueron hechas cuando parece comenzar la carrera para las presidenciales de 2008, en la que ya compiten, además de Gingrich, los senadores John McCain y George Allen, el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, el líder de la mayoría del Senado, Bill Frist, y el gobernador del nororiental estado de Massachusetts, Mitt Romney.
De todos estos, McCain, derrotado por Bush en las primarias de 2000 dentro del ahora gobernante Partido Republicano, es el más popular junto a Giuliani.
Sin embargo, las actitudes un tanto disidentes de McCain, como su apoyo a la reducción de las emisiones de gases invernadero y sus esfuerzos para prohibir la tortura contra sospechosos de terrorismo, han creado tensiones con el ala más derechista del partido.
Según las últimas encuestas, Gingrich, a quien se le atribuye la arrolladora victoria electoral de 1994 que le aseguró a los republicanos el control de ambas cámaras del Congreso por primera vez en 40 años, se encuentra tercero en las preferencias detrás de Giuliani y McCain.
El líder conservador gana cada vez más apoyo entre los republicanos, quienes parecen haber olvidado las controversias que causó en los cuatro años que se desempeñó como presidente de la Cámara de Representantes.
Luego de asumir la responsabilidad por los fracasos legislativos de su partido en 1998, Gingrich renunció a su cargo pero permaneció activo en la política como consejero del AEI y de la proisraelí Fundación para la Defensa de las Democracias, y miembro de la Junta de Políticas de Defensa del Pentágono.
En todos estos puestos se destacó como un líder de los llamados "halcones", el ala más belicista dentro del gobierno, encabezada por el vicepresidente Dick Cheney, y como un constante crítico del Departamento de Estado (cancillería), oficina a la que ha acusado de traicionar la agenda de Bush.
De hecho, a mediados de abril de 2003, apenas una semana después de que las fuerzas estadounidenses consolidaron el control en Bagdad tras la invasión, Gingrich dio un discurso en el que acusó a la cancillería de socavar la victoria militar al apoyar el diálogo con Siria para reanudar el proceso de paz en Medio Oriente.
Estas declaraciones, también hechas en el AEI, motivaron una memorable respuesta del entonces subsecretrario de Estado (vicecanciller), Richard Armitage, quien dijo al periódico USA Today: "Está claro que el señor Gingrich está fuera de sus cabales y necesita una terapia".
En su último discurso, Gingrich dijo que la visita este mes a Estados Unidos del ex presidente iraní Mohammad Jatami (1997-2005) era algo similar a invitar en los años 30 al jefe de propaganda del régimen nazi Josef Goebbels.
A pesar de elogiar a Bush por su "coraje y determinación" en su guerra "contra el terrorismo", implícitamente criticó al mandatario por no advertir la emergencia de una "coalición antiestadounidense" integrada por la red terrorista Al Qaeda, Irán, Siria, el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), el Talibán, Arabia Saudita y Venezuela.
"Las estrategias de Bush no están mal, pero están fracasando", en parte porque "no identifican la escala de la emergente tercera guerra mundial, entre Occidente y las fuerzas del Islam, y por ello no comprenden cuán grande es el desafío ni cuán grande debe ser el esfuerzo", afirmó.
Gingrich propuso una serie de medidas para contener la amenaza, comenzando con "ganar absoluto control de las fronteras", aumentar el presupuesto militar y de inteligencia y desarrollar "una política estratégica de energía explícitamente destinada a hacer que el Golfo Pérsico y las dictaduras sean menos ricas y menos importantes".
Para Iraq, Gingrich propuso "revitalizar" la economía con la participación de las corporaciones estadounidenses y creando una nueva agencia de ayuda al desarrollo capaz de ampliar programas de obras públicas, además de mejorar la seguridad duplicando el número de uniformados dentro del ejército y de la policía locales.
También subrayó la importancia de advertir a Siria y a Arabia Saudita que no interfieran en Iraq.
Asimismo, instó a trabajar, aun con la posibilidad del uso de la fuerza, por el cambio de régimen en Irán, al que calificó de "dictadura dedicada al fascismo islámico" y de "mortal amenaza" a la "supervivencia" estadounidense.
"La estrategia es no conceder más visas a líderes iraníes" y promover sanciones del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas contra el gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad por "amenazar con borrar a Israel de la faz de la Tierra".
"Si no nos paramos nosotros contra este impulsor de genocidios y negador del Holocausto judío, públicamente autodeclarado enemigo de Estados Unidos, ¿quién más lo va hacer?", preguntó.(FIN/2006)