BATAM, Indonesia, (IPS) – Organizaciones de la sociedad civil boicotearán la conferencia anual del Banco Mundial y el FMI que se celebrará la semana próxima en Singapur, debido a los obstáculos que el represivo gobierno de esta ciudad estado impone a su participación.
La declaración en tal sentido fue firmada por 164 organizaciones de África, Asia, América Latina, América del Norte, Europa y Medio Oriente en la apertura, este viernes, del Foro Internacional del Pueblo, reunión de activistas en esta isla indonesia a 45 minutos por ferry de Singapur.
La resolución de las instituciones de la sociedad civil deja en entredicho los esfuerzos del Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) por comprometerse con ellas, y se debe a las medidas represivas de Singapur para impedir el ingreso de activistas a la conferencia oficial, que se realizará los días 19 y 20.
Activistas de Asia, Europa, África y América del Norte fueron incluidos por las autoridades singapurenses en listas negras, detenidos y expulsados de la ciudad estado. El propio Foro Internacional del Pueblo se celebra en Batam porque Singapur no accedió a autorizarlo.
"En solidaridad con aquellos a quienes se les negó el ingreso a Singapur y el ejercicio de sus derechos fundamentales a la libertad de expresión y asociación, nos mantendremos fuera de todas las reuniones y seminarios del programa oficial de la reunión anual del Banco Mundial y el FMI en Singapur", dice la declaración.
Este texto fue leído ante la concurrencia en Batam por Donatus K. Marut, director ejecutivo de la institución anfitriona de la reunión, el Foro Internacional de Organizaciones No Gubernamentales sobre Desarrollo en Indonesia.
Entre las organizaciones que adhieren al boicot figuran grupos de base, locales y nacionales, así como otros de alcance regional y mundial como Greenpeace Internacional, Amigos de la Tierra, Action Aid, Christian Aid y el Proyecto Bretton Woods.
"Nosotros y otras organizaciones no gubernamentales con sede en el Reino Unido le hemos escrito a la Comisión Europea para quejarnos por la acción del gobierno de Singapur", dijo a IPS Justin MacMullan, a cargo de campañas políticas de Christian Aid.
"Espero que este boicot envíe un mensaje claro al Banco y al FMI para la elección de sedes futuras de sus reuniones anuales", agregó el activista.
Otra organización de fomento al desarrollo, Oxfam Internacional, se unió al llamado al cancelar dos reuniones que había agendado en el marco de la conferencia en Singapur.
"Hemos cancelado las dos reuniones que planificamos", dijo el funcionario de enlace con la sociedad civil de Oxfam, Leo Van Mullion. "Una de ellas era una discusión con funcionarios del Banco, el FMI y otros que querían unirse a nosotros en proyectos de financiamiento a la educación en países en desarrollo."
"Era la primera vez que organizábamos una reunión así, y la cancelamos en solidaridad por el modo en que las organizaciones no gubernamentales fueron tratados por Singapur", afirmó Van Mullion.
La importancia de esta respuesta no cayó en saco roto entre otras organizaciones de la sociedad civil reunidas en el Foro Internacional del Pueblo, que concluirá este domingo en Batam y que está dedicado a analizar el costo social, económico, ambiental y humano de las políticas del Banco Mundial y el FMI en el Sur en desarrollo.
"Este boicot es el primero de su tipo", dijo Walden Bello, director de Focus on the Global South, institución académica con sede en Bangkok. "Revela la desconfianza hacia las instituciones financieras internacionales, que se ha profundizado."
"No es solo una protesta de organizaciones radicales de la sociedad civil, sino también de las moderadas", explicó. Las autoridades singapurenses impidieron el ingreso de seis miembros de Focus on the Global South.
Hasta el jueves, activistas calculaban en 30 la cantidad de representantes de organizaciones de la sociedad civil a las que se les negó el ingreso a esta ciudad estado del sudeste asiático.
Dos activistas filipinos que se dirigían a Batam –no a Singapur– fueron detenidos el martes en el aeropuerto singapurense, se les requisaron sus celulares y sólo se los devolvieron 15 horas después, cuando les obligaron a dirigirse de regreso a Manila en un vuelo comercial.
"Fui detenido cinco horas por personal de inmigración de Singapur e interrogado por un grupo de unos 15 policías. Mi equipaje fue revisado cinco veces. Requisaron mis documentos sobre privatización del agua", narró, por su parte, Wilfred D'Costa, del Foro Indio de Acción Social, quien debió regresar a la ciudad de Mumbai.
Otros activistas que se dirigían al Foro tuvieron más suerte: fueron escoltados hacia la terminal del ferry rumbo a Batam cuando que la policía de Singapur constató que se dirigían al la isla indonesia.
Una activista de Estados Unidos fue retenida toda la madrugada del miércoles en el aeropuerto singapurense, hasta que se le permitió viajar a Batam.
Las medidas draconianas del gobierno de Singapur para mantener a las organizaciones no gubernamentales fuera de las reuniones, incluso aquellas cuya asistencia a la conferencia en Singapur había sido avalada por el Banco Mundial y el FMI.
Hasta esta instancia, las propuestas de algunas instituciones de la sociedad civil para boicotear el diálogo con el Banco y el Fondo nunca habían alcanzado tal nivel de apoyo.
"Los acontecimientos en Singapur fueron útiles en la convocatoria al boicot del diálogo oficial con el Banco Mundial y el FMI", dijo a IPS Sameer Dossani, director de 50 Años son Suficiente, red de organizaciones que lucha desde Washington contra la deuda externa.
"Esto había sido motivo de conversaciones desde bastante tiempo antes", agregó Dossani.
El desafío de Batam "ayudará a desvelar la verdad del diálogo que establecieron en Banco y el Fondo" con la sociedad civil, sostuvo el activista. "Siempre lo hicieron en pro de su credibilidad y para legitimar sus programas", aseguró.
El choque que tiene como protagonistas a organizaciones no gubernamentales, el Banco Mundial, el FMI y el gobierno de Singapur ocurre en momentos en que estas dos instituciones multilaterales de crédito se muestran cada vez más dispuestas a dialogar con la sociedad civil y a atender sus críticas, aunque no estén de acuerdo con ellas.
Esto se refleja en las 500 acreditaciones extendidas a representantes de organizaciones no gubernamentales para abrirles las puertas de las reuniones en Singapur, una cantidad sin precedentes en estas conferencias anuales.
Organizaciones como Focus on the Global South confían, además, en que el boicot deje en evidencia el autoritarismo del gobierno singapurense.
Al reprimir a organizaciones e individuos con motivos legítimos para asistir a la conferencia, Singapur "le recordó a sus ciudadanos y al mundo su carácter autoritario y obsoleto", indicó esta institución.
"Esto resalta cuán lejos está Singapur de un mundo en que la libre expresión, la libertad de asociación y la democracia son las normas políticas establecidas", indicó.
Esta ciudad estado del sudeste asiático decidió ignorar un memorándum de entendimiento que firmó con el Banco Mundial y el FMI para facilitar el ingreso de representantes de la sociedad civil y su participación en la conferencia.
Pero el Banco y el Fondo tampoco hicieron esfuerzos para que Singapur respetara ese acuerdo en tiempo y forma.
Las acciones de Singapur, que comenzaron con amenazas de castigar y apresar a activistas que planificaban manifestarse. Tales actitudes fueron aun peores que las de Emiratos Árabes Unidos, otro régimen autoritario que fue sede de la conferencia anual del Banco Mundial y el FMI.
"A los activistas que contaban con acreditación" de las dos instituciones financieras multilaterales "no se les negó el ingreso a la reunión ni a Dubai", ciudad sede de la conferencia de 2003, recordó Siren Ambrose, coordinadora de la Red de Solidaridad África.(FIN/2006)