LA PAZ, 16 sep (IPS) – Bastó el movimiento de un dedo de la gigante compañía petrolera brasileña Petrobras para poner en vilo la nacionalización del petróleo boliviano y provocar la renuncia irrevocable de su conductor, el ministro de Energía e Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada.
El abogado y periodista que renunció el viernes, había asumido el mayor desafío del gobierno boliviano de Evo Morales: recuperar el principal recurso natural. Pero se sintió sin el respaldo necesario cuando el jueves el vicepresidente de la República y mandatario en ejercicio, Álvaro García, congeló un decreto que obligaba a Petrobras a dejar el negocio de la refinación y comercio de hidrocarburos en manos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
La semana pasada, Soliz Rada dispuso mediante ese decreto que la transnacional brasileña entregara al Estado boliviano el negocio de la refinación de 40.000 barriles diarios de petróleo, que había demandado una inversión de 4,6 millones de dólares.
El jueves, desde el Palacio de Planalto, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva advirtió que su gobierno no aceptaría medidas unilaterales de Bolivia en relación al negocio petrolero, y esa posición hizo retroceder a García, que cumple un interinato por el viaje del presidente Morales a la reunión cumbre del Movimiento de los Países No Alineados, que concluye este sábado en Cuba.
Al mismo tiempo, el gobierno brasileño resolvió suspender la visita de una delegación ministerial y empresarial a La Paz para iniciar las negociaciones de los nuevos contratos de producción y del precio del gas natural que Bolivia vende a Brasil, y postergarla hasta el 29 de septiembre.
Soliz Rada, incansable defensor de la recuperación del petróleo, afirma en su carta de renuncia que motivos personales lo obligan a dejar el despacho, en el cual cosechó la mayor popularidad medida en encuestas tras la nacionalización de los hidrocarburos, dispuesta por Morales el 1 de mayo.
"Es el momento de recordar que la nacionalización impulsó de forma decisiva el proceso de recuperación de la dignidad y autoestima de nuestro pueblo que las políticas neoliberales y racistas pretendieron aplastar de manera definitiva", afirma su misiva.
"Gracias a la nacionalización, el país ha recuperado alrededor de 200.000 millones de dólares en reservas de gas y petróleo, cuyo valor pretendían anotar las compañías petroleras en las bolsas de valores como si fueran suyas", añade.
La nota entregada en horas de la tarde del viernes, revela también que 16 días después de la nacionalización, Soliz Rada había preanunciado su renuncia al presidente Morales.
Blanco de los ataques de los partidos opositores que el 23 de agosto expresaron en el Senado una censura a su labor ministerial, Soliz Rada presentó la primera renuncia el mes pasado, cuando se desató una crisis por denuncias de corrupción contra la dirección de YPFB.
Pero Morales le reiteró su confianza y respaldo, además de denunciar un complot que atribuyó a las petroleras y a partidos opositores para interrumpir la nacionalización.
"Quiero decirles a los bolivianos que el proceso de nacionalización sigue en marcha y nada habrá de detenerlo. Es un compromiso con la historia, con el pueblo y con la patria", dijo el viernes por la noche García Linera, cuando nombró al reemplazante de Soliz Rada, el economista de izquierda Carlos Villegas, quien se desempeñaba como ministro de Planificación para el Desarrollo.
"A las petroleras les decimos que tenemos una amplia capacidad de negociación, que somos flexibles y tolerantes, y seremos intransigentes cuando llegue el momento de serlo", advirtió García Linera.
Desde la semana pasada, el gobierno realizaba una primera ronda de aproximación con las compañías extranjeras que deben adecuarse a los nuevos términos del gobierno para renegociar sus contratos con plazo en el 31 de octubre, y convertirse en prestadoras de servicios de la estatal YPFB, que el gobierno desea fortalecer a través de la nacionalización.
"Estamos en un periodo de negociación, y llegado el momento seremos duros cuando no haya acatamiento del decreto de nacionalización de los hidrocarburos", expresó García en respuesta a la actitud de Petrobras, que no aceptó el nuevo precio del gas natural que Bolivia vende al vecino país, de cuatro dólares por millar de unidades térmicas británicas, argumentando que debía aplicarse una fórmula pactada en un contrato anterior.
Argentina paga por el mismo volumen cinco dólares hasta fin de año, y con la expectativa de aumentar su demanda de 7,7 millones de metros cúbicos por día. Brasil compra 26,5 millones de metros cúbicos diarios de gas boliviano.
"A los adversarios les decimos que sus nefastos intereses no harán mella en este gobierno, y que pase lo que pase, la nacionalización es irreversible y este gobierno hará cumplir un mandato histórico por la recuperación plena de nuestros recursos energéticos", dijo García.
El nuevo titular de Energía e Hidrocarburos, Carlos Villegas, se declaró convencido de que el país debe recuperar y participar en toda la cadena industrial del petróleo y anunció la continuidad de reuniones con las otras 10 compañías petroleras, continuando por Andina, filial de la hispano-argentina Repsol YPF, de acuerdo al cronograma diseñado por su antecesor.
El gobierno anunció que el 1 de noviembre, 180 días después de promulgado el decreto de nacionalización, firmará los nuevos contratos con las trasnacionales, de las cuales espera un aporte al Estado de 600 millones de dólares por año, por conceptos de impuestos y regalías. (FIN/2006)