El desayuno es la comida más importante del día. Así lo afirma un grupo de especialistas en nutrición del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, que sustenta este criterio en el impacto que para el crecimiento, el desarrollo intelectual y el rendimiento físico ejerce la primera comida que recibe nuestro organismo después de varias horas de sueño. Etimológicamente, la palabra desayuno significa romper el ayuno; es decir, ingerir algún alimento luego dormir varias horas. Cuando desayunamos, damos a nuestro cuerpo la primera carga de combustible para un día activo, proporcionándole los nutrientes consumidos durante la noche y que son necesarios para iniciar el día en forma satisfactoria y favorecer no sólo la función cerebral sino también la salud oral.
La práctica de omitir el desayuno es muy común y cada quien alega una razón diferente: no me da tiempo, no puedo ver comida tan temprano, quiero bajar de peso…entre otras. Pero cualquiera que sea la razón, quienes no desayunan corren el riesgo de a padecer de hipoglicemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) con la consecuente disminución de la energía que el cerebro requiere su adecuado funcionamiento y que se manifiesta a través de síntomas como: dolores de cabeza, cansancio, fatiga, bajo rendimiento intelectual y físico, falta de ánimo, entre otras.
BENEFICIOS DEL DESAYUNO
El desayunar resulta beneficioso porque aumenta la capacidad física y la productividad laboral, propicia un crecimiento armónico, ayuda a mantener un peso conveniente, mejora la capacidad de concentración y aprendizaje, el rendimiento intelectual, facilita una adecuada comunicación con el entorno. Esto cobra relevancia en los niños, ya que su organismo está en período de crecimiento y maduración
La persona que no desayuna tiende a sentirse fatigada y sin energías a mediados de la mañana, con urgencia de comer algo dulce o graso entre comidas; antojitos que generalmente añaden calorías y gramos de grasa a su cuerpo sin proporcionarle nutrientes valiosos.
Algunos estudios han confirmado que los niños que no desayunan son menos eficientes en la selección de información crítica para solucionar problemas que aquellos que sí lo hacen, quienes muestran un mayor desempeño en matemáticas y en tareas creativas. Los adultos que no ingieren algún alimento al levantarse presentan niveles más altos de colesterol y por consiguiente están en mayor riesgo de desarrollar alguna enfermedad del corazón.
OMITIR EL DESAYUNO PARA BAJAR DE PESO
Pretender bajar de peso omitiendo el desayuno es un error, pues está demostrado que el hambre distorsiona las señales de saciedad, lo cual puede verse reflejado posteriormente en una ingestión mayor de calorías durante las siguientes comidas.
Además, la termogénesis inducida por dieta es más alta durante la mañana que durante la tarde y la noche. Esto sugiere que las calorías extras ingeridas durante la tarde y la noche son guardadas como reservas, en forma de grasa. En cambio, comer menos cantidad en mayor número de comidas distribuye la carga de nutrientes durante el día, disminuye la absorción de carbohidratos y ayuda a mantener niveles estables de insulina y glucosa lo cual hace menos probable que existe una sobrealimentación.
DESAYUNO Y CARIES DENTALES
También se ha comprobado que los niños que no comen nada en las primeras horas de la maña son más propensos a desarrollar caries dentales, seguramente porque están más inclinados a comer dulces que los que sí desayunaron y ya en el colegio es poco probable que se cepillen los dientes.
EL DESAYUNO PERFECTO
El desayuno ha sido tradicionalmente en nuestro país una comida ligera. Muchas personas consideran que han desayunado tras haber tomado únicamente café, un jugo con un pan o unas galletas; pero esto dista mucho de lo que debe ser una dieta equilibrada, que debe incluir varios de los grupos de alimentos: carbohidratos que nos proporcionen a energía (cereal, pan, tortilla, galletas de soda) además de frutas, proteínas y lácteos y constituir el 20 ó 25 por ciento de las calorías que debemos ingerir durante el día.
Disfrutar de un desayuno nutritivo y sabroso puede llevarte sólo entre 15 y 30 minutos cada mañana y sus beneficios son enormes. Planificar esta comida, incluyendo los alimentos necesarios y dedicándole ese tiempo necesario es un regalo para tu salud y tu bienestar físico.