WASHINGTON.-El gobierno dominicano no paga con pesos todos sus pasivos vencidos externos, el Banco Central se dedica a vender títulos de inversión, con la finalidad de esterilizar pesos faltantes de las pagas en dólares, según la tasa de cambio vigente. Por ejemplo, en el primer cuarto del año, el gobierno erogó 3 mil 294 millones de pesos como pago de intereses y capital, en lugar de los 4 mil 900 millones ó 168,1 millones de dólares liquidados por el Banco Central.
De ahí que este instituto de emisión interviniera a través de la esterilización de este diferencial de mil 606 millones de pesos, con base a la colocación de valores en el mercado abierto, sobre todo si se toma en cuenta la monetización ya originada por las transferencia netas positivas de 78,9 millones de dólares (desembolsos menos servicio de deuda).
El deseo gubernamental del presidente Leonel Fernández de que el FMI instalara una manguera de oxígeno, en vista a que los capitales transnacionales soplaran mil 173 millones de dólares en empréstitos y donaciones a la ahogada economía dominicana en recesión este año, se ha transformado en dolor, en razón de que ese organismo no cesa de clavar sus comillos sobre el pescuezo del presupuesto nacional para chupar la sangre de la renta nacional.
El presidente olvidó que el vampiro fondo monetarista sólo entra al oscuro Palacio Nacional si el gobierno paga más dólares a los acreedores que los dólares rembolsados.
Por este motivo, el FMI presiona también al Congreso Nacional para que sancione en poco tiempo una nueva (Tenue) reforma de recaudos, sin importarle un bledo que empinará los niveles de pobreza y hundirá más al país en el fango de la violencia.
Con la (Tenue) reforma se busca claramente que los costos de la apertura comercial exterior y obligaciones financieras internacionales recaigan sobre los bolsillos de los asalariados, campesinos, pequeños y medianos empresarios y los trabajadores residentes en el exterior y no, en modo alguno, sobre los grandes capitales foráneos y nativos, los evasores y privilegiados del fisco, y los corruptos y delincuentes que han desfalcado las bóvedas estatales y expoliado el patrimonio nacional.
En estos instantes, el gobierno del PLD se encuentra en una encrucijada: o continúa con la aplicación de las políticas deflacionistas, con sobreendeudamiento exterior e interior y reparto súper injusto del ingreso nacional y gubernamental, ó, por lo contrario, promueve una política de superación virtuosa de la crisis mediante reformas nacionales del Estado y la economía y adopción de medidas concretas, en particular la devaluación del peso, el ataque definitivo a la evasión fiscal, la lucha tenaz contra la corrupción, la mejoría de los servicios sociales.