SANTIAGO.- La Sociedad Ecológica del Cibao condenó el tráfico masivo de madera preciosa, extraída de las proximidades del municipio de Villa González, parte de la cual fue cortada dentro del área protegida “José de Jesús Jiménez Almonte”. De acuerdo a la SOECI, las características que envuelven esa operación “arrojan evidencias suficientes para afirmar que no sólo fueron planificados, sino selectivos y para nada fortuitos”.
Aseguró que estimaciones conservadoras cifran en más de cinco millones de pesos el volumen del tráfico maderero y un millón en madera cortada y que fue dejada abandonada en el entorno. Hasta el 16 de septiembre pasado, según los datos aportados por la SOECI, fueron cortadas unas 107 unidades en el interior de una finca propiedad de Artemio Peralta.
Estos terrenos se localizan en la comunidad de Las Piedras, cerca de la
carretera de Palmar-Villa González, específicamente en la Loma Mata
Puerco, produciéndose la mayoría de los cortes desde las coordenadas UTM
0314983 Este y 2163730 Norte, hasta la localización UTM 0314558 Este y
2165091 Norte, a lo largo un camino abierto hace años de forma
desafiante y restablecido recientemente más allá de los límites del área
protegida.
La Sociedad Ecológica del Cibao aseguró que más de la mitad de las talas selectivas ocurrieron en un radio no mayor de 100 metros, entre las cotas 500 y 580, siendo el diámetro del tronco de las Caobas cortadas entre 13 y 45 pulgadas, con un porte de entre 6 y 9 pies de alto, muchas de ellas Centenarias.
“Si bien la Loma Mata Puerco forma parte del área protegida, este acto de
barbarie no afecta directamente la zona núcleo, centrada entorno a la Loma
Diego de Ocampo, donde puede observarse una recuperación de más de un 50 por ciento de la cobertura boscosa con especies endémicas y nativas, en comparación con la situación en que se encontraba hace unos 15 años”, aclaró.
Para dicha institución, “este tipo de atentados tiene su razón de ser básicamente por tres causales: La histórica cultura del tráfico de madera a lo largo de la cara sur de la Cordillera; lo difícil que se torna la vigilancia de los voluntarios y aliados de SOECI, porque se accede a esta área a través de fincas privadas y, por último, la ausencia total de vigilantes de la secretaría de Medio Ambiente, vulnerabilidad que brinda a los depredadores un atractivo especial”.
“Queremos destacar que esta situación en particular ha tomado notoriedad
debido, a que el Pico Diego de Ocampo tiene dolientes en capacidad de hacer
las denuncias con toda la responsabilidad que ameritan las circunstancias, pero esta es una realidad que se ha convertido en una rutina prácticamente en todas las áreas cordilleranas de la región del Cibao, cuyos recursos naturales evidencian un estado de saqueo continuo y creciente”, sostuvo.
La SOECI dijo haber apoderado del caso al Procurador de Medio Ambiente para que ordene una profunda investigación y que, para tales fines, ha aportado datos que pudieren ayudar al procesamiento de los responsables directos e intelectuales de lo que definió como “ecocidio”.
“Se hace necesario que toda la sociedad tome conciencia del estado de amenaza constante en que se desenvuelven no sólo las áreas protegidas, sino también los recursos naturales en sentido general”, puntualizó la Sociedad Ecológica del Cibao.
Con relación a la actitud que debe tomar el Estado ante esa situación, la entidad opinó que, en todos sus estamentos, “debe enfrentar de una vez y por todas este desafío que amenaza la seguridad nacional, vale decir el futuro mismo del país, aplicando los correctivos administrativos y penales pertinentes para sentar al menos un precedente que ahuyente a los predadores que han encontrado tradicionalmente en el sistema judicial Dominicano una pasmosa benevolencia”.