SANTIAGO.- El Septeto Habanero tuvo su primera actuación en el país anoche, al presentarse en el Centro León, oportunidad que sirvió para que decenas de santiaguenses lucieran boinas, sombreros y zapatos de dos tonos, como los músicos de la legendaria agrupación cubana. A pesar de que su fundación data de 1920, nunca antes esa institución musical latinoamericana y caribeña había traído su arte al país y, la gran cantidad de público que disfrutó el concierto, demostró el arraigo que tiene en esta nación.
No obstante sus canciones ordinariamente no ser conocidas por los jóvenes dominicanos, muchos de ellos asistieron al espectáculo, atraídos por la leyenda que, en el ámbito artístico, desde que se fundó ha escrito el Septeto Habanero.
El grueso del público que colmó el espacioso parqueo del Centro León estaba integrado por personas por sobre los 50 años de edad. Algunos ancianos asistieron con sus hijos y nietos a disfrutar de esa histórica presentación.
A las 8:15 de la noche tomó el micrófono el locutor Gustavo Arias para presentar al Septeto Habanero, agrupación que no paró de tocar cuando, una hora y 45 minutos más tarde (10:00) se despidió interpretando “A la loma de Belén”, uno de sus más celebrados sones, que grabó en 1924.
Si bien el público disfrutó todos y cada uno de los sones que interpretó la banda, también causó algarabía entre los presentes la presencia en el escenario de los más versados bailadores de ese ritmo, tanto de esta ciudad como de la capital.
Ahí estaban los célebres José María e Inocencia Paredes (popularmente conocidos como Bonyé y Chencha) viejos esposos que llevan 58 años bailando son y su arte lo han llevado a diferentes latitudes, especialmente a las islas del Caribe.
Otros capitaleños que enseñaron al público cómo se baila el son fueron Juan Ramón y Gladis Ismelda, Miguel Angel y Arabelis Aquino y los santiaguenses Nino Son y Betania Tejada.
A medida que el Septeto Habanero agotaba su repertorio, más gente se animaba a bailar, principalmente frente a la gigantesca tarima. Al final, los bailadores profesionales terminaron confundiéndose con el público, lo que fue ampliamente ovacionado por los presentes.
HISTORIA DEL SEPTETO HABANERO
Su fundación data del 1920 y originalmente eran cuatro sus integrantes y en principio se llamó “Cuarteto Oriental” y, cuando algunos años después deciden formar un sexteto, adoptan el nombre de “habanero”, porque se formó en la capital cubana. Su definición como septeto se produjo en 1927, al integrar un trompetista.
Entre otros, sus fundadores fueron Guillermo Castillo, Antonio Bacallao, Felipe Félix Cabrera, Gerardo Castillo y Joaquín Gonzalo. Gracias a la calidad que demostraron, rápidamente se ganaron el corazón de los habaneros que, hasta ese momento, no aceptaba en la alta sociedad ese ritmo, por considerarlo sin importancia.
Hasta ahora, el Septeto Habanero ha grabado alrededor de 85 discos de larga duración y ha participado en varias películas y documentales, como “El puerto del infierno”, “Esto es saber”, “Las raíces del son”, “Carnet de bord a Cuba 52”, entre otras. Entre los temas más celebrados de su extenso repertorio se destacan “Mamá Inés”, “Tres Lindas Cubanas”, “Cómo está Miguel”, “Elena la cumbanchera”, “Papá Montero” y “A la loma de Belén”.