La montaña está de duelo. Los pinares destilan lágrimas de resina mientras la Mesopotamia del Yabaiji escucha el trepidar de las rocas entre las aguas porque su más declamado cantor ha decidido irse a dormir el sueño de los justos.
Víctor Manuel Ramírez (Nelito). Jarabacoa (1930-2006). Poeta, investigador y empresario. Por muchos años fue servidor público ocupando las posiciones de Oficial del Estado Civil en Jarabacoa, Juez de Paz en Villa Altagracia, Bonao y Jarabacoa, Sub Secretario de Estado y Asesor Forestal del Poder Ejecutivo entre otras funciones del tren administrativo estatal. Además sirvió como Síndico Municipal (1965-1966) y fue Diputado al Congreso Nacional en dos períodos consecutivos (1966-1970 y 1970-1974).
Como munícipe interesado en el desarrollo de Jarabacoa fue miembro impulsador de la Fundación Pro-Bienestar de Jarabacoa de la que surgiera la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño, del Club de Leones y tuvo el rango de Capitán en el Patronato de Ayuda al Cuerpo de Bomberos Civiles. Al momento de su muerte era miembro del Consejo de Desarrollo de la Provincia de La Vega.
Don Nelito Ramírez fue un Gestor cultural de importancia y fundador de la otrora famosa tertulia Ensueños del Pinar que sirvió de anfitriona a los grandes bardos de la poesía dominicana entre los que destacan Domingo Moreno Jiménez, Héctor J. Díaz y Juan Lockward. Fue corresponsal de los periódicos Listín Diario y La Nación además de haber fundado y dirigido los periódicos jarabacoeños “El Salto” y “Nuevo Jarabacoa”.
Como creador literario, en sus escritos denotó una honda preocupación por el paisaje montañés, sus ríos y sus pinares, dominando con firmeza el lenguaje simbólico, modalidad estética que le da valor a su estilo enérgico. Su fértil imaginación le llevó a crear la leyenda de la India Jaraba sobre los orígenes del nombre de Jarabacoa. Esta creación ha tenido tal fuerza que se confunde con el origen real de este vocablo taíno proveniente de la lengua de los guaraníes.
Entre sus poemas más famosos destacan "Mi canto al Samán del Parque", “Protesta india”, "Al Mogote" y "Confluencia de los Ríos Yaque y Jimenoa".
Su legado bibliográfico fue amplio y dejó publicadas las obras “Cosas del Congreso”, “Epigramas o voces folklóricas”, “Dardos de amor” y “Del Jarabacoa de ayer y de hoy”.
En el año 1992, el Ayuntamiento Municipal de Jarabacoa le declaró “Poeta de la Montaña”.
Su muerte enluta a su viuda María Justina Núñez (Doña Finita), sus hijos Mario y Sarah, Kirsys, Licelotte, Yocasta y Eduardo, Migdalia y José y Victor Manuel, sus 7 nietos y nietas y sus hermanos Héctor, William, Bruno, Aspacia , Venecia y Aleyda.
Paz a sus restos.