MADRID.- En los países pobres a la mayor parte de las mujeres no les practican una cesárea y esta carencia se cobra cada año 80.000 vidas, el 16% del total de las muertes maternas. Sin embargo, las clases y los países más ricos sufren las consecuencias del uso excesivo de esta práctica. La salud materna es una de las cuestiones sanitarias más estudiadas en los últimos años. Su inclusión dentro de los Objetivos del Milenio de la ONU, los escasos progresos alcanzados y las grandes desigualdades existentes han colocado este tema en el centro del debate.
Uno de los desequilibrios más llamativos en el mundo es el de la práctica de cesáreas. Fijar una tasa óptima de partos por cesárea es un tema controvertido. Por lo general, se adopta la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que señala un límite superior del 15% y un mínimo del 1% para evitar un gran número de muertes maternas.
Pero estos porcentajes rara vez se cumplen. Dos estudios publicados en la revista 'The Lancet' han analizado la situación en los países en desarrollo, en los que las diferencias socioeconómicas y la calidad de los cuidados obstétricos se traducen en grandes disparidades a la hora de recibir una atención adecuada durante el parto.
"El acceso a la cesárea varía sustancialmente entre los países y dentro de ellos. Sólo unos pocos tienen una atención razonable, lo que da lugar al denominado "patrón de privación masiva", explican los autores de la investigación.
27 países por debajo del umbral mínimo
El África Subsahariana, Latinoamérica, el Caribe y las regiones del sur y sudeste asiáticos son las zonas más pobres del planeta. De los 42 países analizados, sólo 15 tenían unos porcentajes medios de cesárea aceptables (por encima del 5%), aunque entre sus clases ricas y pobres existían grandes diferencias.
En Sudáfrica, el 30% de las mujeres de clase alta da a luz por cesárea, mientras que en el sector menos pudiente sólo el 9% lo hace. "Los países con excesivo número de intervenciones entre las clases ricas se pueden encontrar por todo el mundo. Las razones que explican este fenómeno son diversas, incluyendo las no médicas como incentivos, la medicina defensiva [para evitar denuncias por malapraxis], las preferencias del especialista o de la mujer".
Esta práctica indiscriminada e innecesaria de esta técnica tampoco está exenta de riesgos. El editorial que acompaña a los estudios señala que alrededor de un millón y medio de cesáreas innecesarias se practican cada año sólo en Latinoamérica, y que "estas son responsables de 100 muertes maternas, 40.000 casos de enfermedad respiratoria del recién nacido y un aumento de los nacimientos prematuros y de la mortalidad neonatal".
Mientras que para algunas madres la elección de la cesárea se ha convertido en una norma, la otra cara de la moneda es bien distinta. En Chad, Etiopía y Pakistán ningún parto del sector más necesitado recibió este tipo de asistencia, y sólo en cinco países los más pobres alcanzaban el 5%.
"Creemos que no son necesarios más estudios –apuntan los autores del editorial-. La situación actual es el resultado de un problema económico que está costando miles de vidas".