Un nuevo motivo de preocupación llega a las mentes y los hogares dominicanos tras el anuncio de una nueva reforma fiscal que pudiera darle nuevamente muchos dolores de cabeza a las clases más necesitadas del país.
No es que se quiera ir por lo más fácil, pero debemos entender, gobierno y sectores de la industria y del negocio en general, que ellos, los que más tienen deben ser los que paguen en definitiva los platos rotos por elementos que ellos ayudaron a formarse como una especie de chupa sangres nacionales, y hoy por hoy esos politicos apadrinados casi en su totalidad por los más pudientes han puesto al país en situación de tener que de-pender del FMI, y de muchos otros organismos multinacionales.
El gobierno tiene la obligación de buscar por todos los medios posibles, que los gravamenes no perjudiquen los de por sí vacios bolsillos del pueblo, apesar del crecimi-ento, de la macro, y del olvido ramplante de la micro.
El gobierno debe entender que no puede seguir dejandose chantajear de las EDES, que cada vez que le anuncian una revisión a sus cotratos, jugosos y onerosos para todo el país, como por arte de magia se apagan "dañadas" casi todas las plantas generadoras de electricidad.
El gobierno debe saber que puede poner la candela en una mecha que hace tiempo es-tá en el seno del pueblo, y que puede hacer estallarla con consecuencias inmediatas do-lorosas para todos, y futuras solamente para ellos, los gobernantes y su partido.
Deben recordar lo que les pasó en su primer gobierno, y saber que están transitando el mismo camino, y que las consecuencias no van aser precisamente las mejores para ellos.
Las reformas pueden que sean necesarias, pero igualmente es necesario mantener el derecho a comer, a tener salud y educación, trabajo y vivienda de las mayorias naciona-les, cuyos bolsillos ya noa aguantan más carestia de la vida.
Esa realidad debe pesar a la hora de decidir las acciones a tomar, lo contrario seria jugar con candela, y de la que quema en grande.