SANTO DOMINGO, DN.-El dirigente del Partido Reformista Social Cristiano, Belarminio Ramírez Morillo, emplazó a las autoridades del partido colorao a que trabajen en pro de que esa entidad se convierta en un instrumento competitivo para el certamen electoral venidero. A juicio del político y abogado, es muy poco lo que están haciendo las autoridades del PRSC para que la entidad se fortalezca y sea opción de poder en las elecciones venideras.
Manifestó que no tiene sentido seguir desperdiciando tiempo y dinero creando estructuras fantasmas e inoperantes.
Adujo que el PRSC para su fortalecimiento y permanencia en la vida política nacional amerita de un rediseño que conlleve la implementación de un nuevo estilo de hacer política.
Toda acción que no contemple un acercamiento entre los dirigentes del partido y los sectores organizados de la comunidad es una pérdida de tiempo.
Ramírez Morillo manifestó que el Presidente del PRSC, Ing. Federico Antún Batlle y otros directivos de la entidad han perdido la credibilidad en el seno de la organización, debido a comportamientos poco leales e incoherentes puestos en práctica en el pasado.
Dijo que el descrédito de algunos directivos del partido es un obstáculo a la ingente labor que realizan Eduardo Estrella, Amable Aristy y Luis Toral, quienes recorren el país tratando de que el PRSC recobre el terreno perdido.
Manifestó como lamentable el hecho de que el PRSC esté desaprovechando la coyuntura presente, en que el gobierno peledeista está perdiendo popularidad y credibilidad, debido a la forma incorrecta como dirige los destinos de la nación.
El dirigente político dijo que los diversos sectores de la vida nacional se encuentran sumergidos en el desconcierto y la desesperación al darse cuenta de que el optimismo y las promesas de progreso y modernidad hechas por el Presidente Leonel Fernández a la población, fueron un engaño.
El profesor universitario señaló que la presente coyuntura exige que los partidos de oposición sintonicen su discurso con las demandas de los ciudadanos y sectores organizados de la comunidad.
Manifestó que los principales ejecutivos del PRSC se han convertidos en puro burócratas, quienes se limitan a dar simples declaraciones de prensa, pero no quieren tener contactos directos con la población. Precisó que estos no quieren tomar el "grajo de las personas pobres.
Belarminio Ramírez manifestó que muchos reformistas piensan que Quique Antún rompió el silencio y salió de su escondite por que está interesado en levantar un poco el partido para vender los bonos a mejor precio en las elecciones del 2008.
Belarminio Ramírez dijo que el PRSC debe jugar un rol activo en al actual proceso de crisis económica que sacude al país. Adujo que existe una coyuntura favorable para que el partido se fortalezca, ya que las mayorías de los reformistas que votaron por Leonel Fernández se encuentran decepcionados y están en la espera de que el reformismo se active para volver al seno de la organización.
Reiteró que si Quique Antún y otros directivos de la entidad no están dispuestos a trabajar por el bien de la organización y del país, deben renunciar a sus cargos y darles la oportunidad a dirigentes que no han perdido la fe en los destinos del PRSC y en el proyecto de nación dominicana.
Manifestó que en la difícil coyuntura en que vivimos, los partidos deben ser dirigidos por personas dispuestas al sacrificio, no por burócratas ambiciosos que utilizan los recursos que las organizaciones políticas reciben del Estado para vivir con privilegios como si fueran ejecutivos bancarios.
El dirigente reformista dijo que muchos dirigentes del PRSC, a lo largo y lo ancho de la geografía nacional, tienen temor de lanzarse a trabajar, porque piensan que el partido está en manos de negociantes.
El abogado y político manifestó que las mayorías de los reformistas son del parecer de que en los directivos de la entidad existen dos agendas.
Hay una agenda que la ejecutan los precandidatos Eduardo Estrella, Amable Aristy y Luís Toral, quienes son respaldados por los reformistas que no han perdido la fe en los destinos de la organización, y trabajan para que el PRSC vuelva al poder.
Mientras existe otra agenda que la lleva Quique Antún y un grupo de mercaderes que ven la política como un negocio. Quienes se sienten muy cómodos administrando los fondos del partido y haciendo travesuras con tal de que el partido se mantenga fragmentado y debilitado, para sin obstáculos algunos poder seguir haciendo los negocios a que están acostumbrados.
Exhortó a los partidos: PRD y PRSC a que articulen un movimiento de opinión pública y de presión para obligar al gobierno a que dedique a los sectores educación y salud los recursos necesarios.
Entrevistado en el telematutino Uno + Uno de Teleantillas, Canal 2, que producen Juan Bolívar Díaz y Gustado Olivo, el escritor y político fijó su posición sobre la reforma constitucional.
Criticó acerbamente el hecho de que el Presidente Leonel Fernández y su partido en la oposición plantearan la Asamblea Constituyente como mecanismo para reformar la carta maga, y ahora desde el poder hayan cambiado de parecer. Manifestó que el PRD asumió un comportamiento similar cuando fue gobierno.
El político y también profesor de derecho constitucional, dijo que una asamblea constituyente sería beneficiosa para el país, debido a que fortalece la institucionalidad de la nación y mejora la legitimidad del sistema de gobierno imperante.
En cuanto a la consulta popular que auspicia el gobierno para tomar el parecer de los diversos sectores nacionales sobre la reforma constitucional, dijo que eso es un plan para mantener entretenida a la población.
Manifestó que los gobiernos peledeistas se han caracterizado por hacer muchas consultas y luego no tomar en cuenta las conclusiones de las mismas. Precisó que si el gobierno peledeista respetara la opinión de los sectores organizados de la población, entonces procediera a tomar la iniciativa de reformar la carta magna mediante asamblea constituyente, debido a que esa fue la opinión de las fuerzas vivas de la nación consultadas en el Diálogo Nacional en el período 1996-2000.
Belarminio Ramírez enfatizó en que las consultas populares para escuchar la opinión de las personas, en el fondo no es más que un circo, un teatro, para malgastar recursos públicos que pueden ser dirigidos a las áreas sociales, tales como salud y educación.