Los grupos hegemónicos que por más de 20 años vienen gobernando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en un marco de ilegalidad y clientelismo le han provocado tanto daño a la academia, que la apatía, el conformismo, el conservadurismo y la desesperanza se han convertido en el ritual de una convergencia cancerosa que amenaza seriamente los cimientos institucionales de rebeldía y luz incandescente del hermoso y heroico movimiento renovador, que con pasos firmes, salió de las trincheras de abril de 1965.
El movimiento renovador cristalizó la convergencia de fuerzas, que siendo ideológicamente plural, intensamente plural, se caracterizó por la vehemencia a valores patrios que se defendían sin temor a la muerte, a la cárcel y el exilio. La juventud se abrazó a la amalgama de grupos estudiantiles que respondían a todo el espectro de la izquierda revolucionaria y a la otrora esperanza nacional que con sus fuerzas policlasistas se iluminaban con las luces blanquecinas del Partido Revolucionario Dominicano.
La UASD reflejaba el porvenir y la esperanza de libertades democráticas del pueblo dominicano. Y esto fue posible porque las fuerzas que lucharan por la reposición del gobierno del profesor Juan Bosch, en las trincheras de abril de 1965, transformaron la Primada de América en el escenario de resistencia a la contrarrevolución que encabezó el doctor Joaquín Balaguer a partir del mes de julio de 1966. Y en ese escenario, los jóvenes universitarios pasaron a jugar el papel heroico de la vanguardia política de todos los acontecimientos que se produjeron en esa coyuntura histórica. Ser dirigente estudiantil de la UASD, en ese entonces, se traducía en ejemplo académico y ejemplo de militancia en las organizaciones que sufrían la persecución política, la muerte y el exilio por parte de un gobierno que se caracterizó por dirigir al país en un marco de ilegalidades.
Pero la UASD no estaba sola en el mundo académico. Las mismas circunstancias que generaron el movimiento renovador hicieron nacer en cada liceo o escuela secundaria la rebeldía organizada en frentes estudiantiles que respondían a la misma composición de las fuerzas y partidos que se replegaron en resistencia patriótica, al “fracasar”, por la grosera intervención militar norteamericana, el 28 de abril de 1965, el intento de reponer al gobierno democrático del profesor Juan Bosch. De ese modo, vino a suceder, que decenas de dirigentes estudiantiles de secundaria fueran asesinados por luchar por las mismas consignas que se enarbolaban en la universidad. Un cordón umbilical unía a la academia con los recintos donde se estaban formando los bachilleres, que veían en la UASD, el único espacio académico para formarse como futuro profesionales de la Patria.
Mientras en la UASD y en los liceos se enarbolaban las mismas consignas de respeto a los derechos humanos, aumento de presupuesto a la universidad, cese de la persecución y crímenes políticos, así como exigiendo que el régimen reformista gobernara respetando sus propias leyes, el doctor Joaquín Balaguer, por mandato del gobierno norteamericano, aplicaba un programa de contrainsurgencia dirigido a asesinar a todo opositor que hiciera resistencia a su política de ilegalidad. Cabe mencionar los atentados al profesor Pablo Rafael Casimiro Castro y el General Imbert Barrera, así como las desapariciones y asesinatos del doctor Guido Gil, Orlando Mazara, Comandante Pichirilo, Henry Segarra, Amín Abel Hasbún, Otto Morales, Aníbal Rossy, entre otros jóvenes revolucionarios.
No cabe la menor duda que el programa de contrainsurgencia, diseñado y asesorado por el pentágono y ejecutado por el doctor Joaquín Balaguer dio sus resultados. Por de pronto, no solo se hicieron desapariciones y asesinatos a dirigentes opositores al régimen reformista, sino que al cabo de los años, se ha generado el siguiente pronóstico:
1. Una izquierda profundamente débil y de escasa presencia en la geografía nacional.
2. Un PRD y PLD disputándose el liderazgo de la derecha tradicional dominicana, provocando que la obra del profesor Juan Bosch quede incompleta, en el sentido de construir un partido de ideas que supere los sentimientos que nacen de unas relaciones primarias. Esto es, un partido de organismo que complete la obra del patricio Juan Pablo Duarte.
3. Estos dos factores han generado en los liceos y en la academia la siguiente situación:
3.1 Desaparición total del glorioso movimiento estudiantil de secundaria.
3.2 Transformación del movimiento estudiantil universitario en giróvagos, ghettos y grupos de élites conservadores que viven anidando sus aspiraciones individuales en los mismos escenarios de derecha de los partidos a los que pertenecen.
3.3 Una minoría y excluidos dirigentes estudiantiles que no han perdido la esperanza del porvenir de la Patria.
3.4 La formación de grupos hegemónicos liderados por renegados de izquierda que han sumido a la universidad en un pantano de clientelismo e ilegalidad. Estos renegados han logrado por más de 20 años imponer sus candidaturas a los partidos del sistema y a la débil izquierda que incide en la UASD.
3.5 La ausencia orgánica de los partidos del sistema y la débil izquierda en las tomas de decisiones que auspician las autoridades clientelista en las estructuras de gobierno universitario ha creado una entropía de alianzas entre dirigentes de las organizaciones y sus militantes en la UASD para repartirse cargos y gratificar a sus adlátares con prebendas que constituyen una acción criminal en contra de la legalidad universitaria.
3.6 La proliferación de dirigentes y militantes que actúan en la UASD a la margen de la disciplina y de las directrices políticas partidaria, pues, esas organizaciones renunciaron a su incidencia orgánica en la academia.
Lo que sucede hoy en la UASD es el resultado de un reflujo político de las fuerzas revolucionarias y democráticas que se expresa en la sensible derechización del PRD, el PLD y el debilitamiento de la izquierda. Por eso, tenemos un Rector, otrora dirigente de izquierda, que gobierna a la UASD en el marco de un esquema autoritario y que no tiene ningún miramiento para violar el Estatuto Orgánico, reglamentos y las leyes nacionales sin que ninguno de los partidos que antes tenían incidencia orgánica en la academia se alarme. Como tampoco se alarmará el PLD por lo que hizo un joven militante de ese partido, qué “dirige” la FED, cuando en una acción que niega la naturaleza y disciplina de esa organización dispuso cerrar todas las puertas de entradas y salida de la universidad como forma de protesta en contra de la resolución de parar la docencia por 72 horas acordado por una asamblea de profesores y empleados.
La UASD democrática, plural, defensora de los derechos humanos, forjadora de una conciencia crítica y defensora de la soberanía nacional ha sido abandonada por las fuerzas que le dieron esa filosofía de vida. Están prefiriendo una universitaria dirigida por el clientelismo, el autoritarismo, la ilegalidad y la corrupción. Prefieren dirigentes de FAPROUASD que reciban beneficios de dos mil pesos de gasolina mensual sin importarle que estén fuera del país, privilegios en el club de profesores y una “botella” de la actual gestión. Quieren una UASD que lo privatice todo: anillo de graduación, fotos de investiduras, togas, birretes, servicios de fotocopiadoras, ventas de refrescos y pastelitos en la red comercial del economato, entre otros servicios. ¿Por qué el presidente de la casi fallecida FED no dice nada sobre esa línea de privatización de las autoridades? Profesores, estudiantes y empleados de la universidad estamos frente a dos caminos. Qué tu conciencia decida.