SANTO DOMINGO.-Sectores importantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) han planteado a lo interno de esa organización, que la reelección presidencial además de constituir un elemento de perturbación, su imposición haría retroceder a esa institución política a una etapa anacrónica superada de liderazgo mesiánico y caudillesco, que chocaría con la realidad democrática que se ha impuesto en Latinoamérica en este momento.
Trascendió que las posiciones que tienen decenas de legisladores en contra de la repostulación del presidente Leonel Fernández, parte de una análisis crítico realizado entre ellos, donde se concluyó que la alternabilidad del poder es lo más saludable para un partido como el PLD que se ha convertido en la principal fuerza política del país, no sólo por los errores de sus adversarios, sino porque allí se ha establecido un mecanismo efectivo de promoción del liderazgo emergente.
Señalan que no es por una casualidad histórica que más de la mitad de los legisladores actuales y casi la totalidad de los síndicos son dirigentes que por primera vez acceden a una posición electiva.
Se tiene la creencia en el PLD de que pretender imponer la reelección bajo la consigna horacista de “Horacio o que entre el mar”, es tener poca o ninguna conciencia de lo que esta aconteciendo en el mundo en la actualidad, pero además, es una demostración de poca fe en el futuro del proyecto político que defienden y una muestra clara de que la preocupación mayor es la retención de los privilegios que ofrece el poder y la búsqueda inmediata de soluciones individuales.
El diputado peledeísta, licenciado José Ramón Cabrera, dijo recientemente que el deseo manifiesto del licenciado Danilo Medina de competir nuevamente por la candidatura presidencial para las próximas elecciones, es mucho más que la búsqueda de la concreción de una aspiración legítima fundamentada en el trabajo partidario de años.
Señaló que con su aspiración el ex secretario de la Presidencia no sólo abre las puertas para que otros dirigentes meritorios del PLD entren sin temor “al exclusivo club de los presidenciables”, sino que suministra una medicina preventiva que evitará en el futuro acciones conspirativas de parte de aquellos que pueden ver en el continuismo la sepultura de sus aspiraciones.
El afán continuista del ex presidente Hipólito Mejía le ha dejado una brecha a una posible reelección al actual ejecutivo, ya que la Carta Magna no le prohíbe ser nuevamente candidato, pero si el doctor Fernández decide repostularse estará desconociendo decisiones tomadas en su partido, que en el programa de gobierno que presentó en el pasado proceso electoral presidencial se compromete a promover la prohibición de la reelección en un segundo mandato sucesivo.
El propio presidente de la República explicó durante su campaña electoral en una intervención que tuvo en le programa “Hoy Mismo”, que el Comité Político del PLD discutió y sometió a votación la reelección presidencial y que sólo él (Fernández) se manifestó a favor del sistema norteamericano que permite dos períodos consecutivos al mandatario y que jamás éste pueda volver a aspirar, gane o pierda.
Partidarios de la reelección del presidente Fernández promovieron con euforia la victoria electoral de Ignacio-Lula- Da Silva en Brasil, y se entusiasman con el eventual triunfo de Hugo Chávez en Venezuela, sin analizar que estos son dos casos únicos en América. Ambos mandatarios son consecuencia del descrédito de los líderes y partido tradicionales en sus respectivos países, lo que todavía no ocurre en la República Dominicana.
A diferencia del PLD, el partido de Chávez ni el de Lula, cuentan con candidatos alternativos con el perfil y la aceptación necesaria para vencer en una contienda electoral, porque allí no se ha superado la cultura del liderazgo mesiánico y caudillesco.
Pese a la crisis económica por la que atraviesa el país, el partido morado parece conservar aún un sólido primer lugar en la aceptación del electorado, y según las encuestas, Fernández, Medina o Jaime David Fernández Mirabal, pueden ganar cómodamente las próximas elecciones, si el fanstasma reeleccionista no abre heridas incurables en el tiempo hábil de campaña.
En el PLD parece que la suerte esta echada, y en el próximo proceso electoral interno tendrán la oportunidad de escoger entre ser una organización coherente, modernista con visión y vocación de futuro, o un partido donde existe un divorcio entre su discurso y su práctica.
Escogerían entre una organización coherente o un partido que prefiere volver al pasado del doctor Joaquín Balaguer, en lugar de retomar las enseñanzas de su líder fundador que hizo prohibir le reelección, tanto para el presidente como para el vicepresidente, ocupando él (Juan Bosch) la primera magistratura del Estado.