Para los próceres de la independencia la política era una especie de sacerdocio y no precisamente del tipo de sacerdocio que practican la Curia Romana y ciertos obispos y cardenales de América.
Para los (as) revolucionarios (as) de todas las épocas la política ha sido sinónimo de sacrificio, entrega y compromiso a favor de las causas justas.
Duarte, Bolívar, Martí, Betances, Albizus Campo, Marx, Lénin, Rosa Luxemburgo, Ernesto Guevara, Manolo Tavárez, Minerva Mirabal, Filiberto Ojeda, Fabricio Ojeda, Camilo Torres, Amín Abel, Narcisazo, Orlando Martínez, Tulio Arvelo, Justino José del Orbe…
Para no pocos reformadores sociales la política ha debido estar siempre cerca de la verdad, de la sinceridad, de la honestidad.
Hostos, Arbenz, Bosch, Chivás Espaillat, Janios Cuadra…
Pero la verdad es que esa ha sido la cara buena de la política, acompañada siempre de su contrapartida: el rostro retorcido de la mentira, la simulación, la deshonestidad, el engaño, la corrupción…
Y sucede ahora que los más conspicuos representantes de la partidocracia dominicana, han superado todos los records de la simulación, señera forma de perversión de la política.
Todo se vale, sobre todo la mentira, el arte de engañar a los demás, la habilidad para aparentar todo lo contrario a lo que se piensa hacer.
Leonel combate la pobreza empobreciendo.
Moderniza e institucionaliza corrompiendo.
Denuncia la impunidad protegiendo a asesinos y ladrones.
Democratiza reeligiéndose y elevando el Despacho de la Primera Dama a la de un Súper Ministerio clientelar.
Se proclama boschista practicando el balaguerismo.
Anuncia el fin del autoritarismo y se repostula desde la Feria Ganadera y San Cristóbal.
Y los(as) demás hacen cosas muy parecidas, incluidos los capitos de los partiditos satélites.
Danilo lo acompaña durante larga data en toda estas simulaciones, monta junto a Luis Inchausti sistemas de corrupción de Estado a su favor, contribuye a la balaguerización del PLD, justifica las políticas empobrecedoras, encabeza el fraude contra Jaime David (sobornos, trampas, secuestros de activistas)…hasta que considera que llegó su chance entorpecido por la fiebre reeleccionista…
Entonces acusa a lo tres partido, incluido al propio, de haber empobrecido al país y soterradamente acusa a Leonel de haber balaguerizado al PLD.
¡Ni las administraciones donde él ha ido segunda figura se salvan de su nueva pose!
La máscara anterior ha sido remplazada por otra más benévola, para seguir sobornando en su afán por llegar a la silla de alfileres.
Los dirigentes del PRD, por su parte, pasan de un día para otro de verdugos a salvadores.
Los reformistas socialcristianos también.
Después de pasarse la vida imponiendo paquetazos, aceptando las imposiciones del FMI y del Banco Mundial, corrompiendo y corrompiéndose…
Después de producir los Jorge Blanco, Hipólito, Michelén, Amable Aristy, Guaroa Liranzo, Aníbal Páez y todo tipo de politiqueros engañadores y tramposos… la emprenden contra la corrupción, los paquetazos y el neoliberalismo de sus adversarios de la misma calaña.
La fortuna de un Vargas Maldonado, estructurada a costa del empobrecimiento de muchos (as), no le impide asegurar que él sí habrá de erradicar la pobreza.
Su autoproclamada honestidad es capaz de pasar impoluta por su evidente involucramiento en el escándalo de Marbella, la operación de lavado más grande de la historia europea.
Milagros hizo una gestión de porquería en la Secretaría de la Educación, se plegó a una administración corrupta, término apoyando la reelección de Hipólito y ahora esgrime la consigna de Chivas y de Juan Bosch: ¡Vergüenza contra dinero!
En verdad la política como simulación ha llegado a niveles inconcebibles en la clase gobernante-dominante criolla
Y eso ya asquea, subleva, indigna y exige construir y desplegar una fuerza político-social que sea capaz de derrotarla y mandarla al basurero ¡Que sea capaz de demostrar que Duarte, Luperón, Minerva, Manolo y Caamaño viven!