La pobreza y los ingresos de los pobres prácticamente no registraron ninguna mejoría durante la bonanza que se produjo entre 1997 y 2002. Además, la crisis económica de 2003-2004 generó un deterioro dramático en los ingresos reales y los niveles de pobreza.
La República Dominicana experimentó un fuerte crecimiento económico con mejoras en la calidad de vida durante los años noventa. La pobreza disminuyó, aunque modestamente, desde principios de los años noventa hasta 1998, y se apreciaron avances importantes en indicadores sociales que pusieron al país en camino a alcanzar algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio i. Entre 1998 y 2002, la República Dominicana siguió creciendo, aunque a partir de 2000 comenzó a vivir un proceso de desaceleración.
Entre 2003 y 2004, el país sufrió una importante crisis financiera, económica y social, de la cual recién está emergiendo. Las tasas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) cayeron y el colapso de uno de los bancos más grandes del país, además de la posterior crisis de confianza y la fuga de capital, originaron una desvalorización del 100% del peso dominicano. Esto, sumado al posterior aumento de la inflación, generó una reducción del 30% del ingreso real promedio.
El gobierno del Presidente Leonel Fernández, quien asumió en agosto de 2004, diseñó una estrategia que apunta hacia tres direcciones y que busca el avance del país en base a la recuperación del crecimiento macroeconómico, el mejoramiento de la gobernabilidad y el aumento de la protección y la equidad social y territorial. Los últimos avances indican que algunos de estos objetivos se estarían logrando, entre ellos el retorno a un crecimiento económico sólido de 9,3% en 2005 y el continuo y fuerte crecimiento en la primera mitad de 2006. Los sectores que lideran y generan este crecimiento son telecomunicaciones (que registró un crecimiento cercano a 27% en relación con 2004), el comercio (20%), transporte (10%) y manufactura nacional (9%). Por otra parte, en 2005 el país firmó un tratado de libre comercio con Estados Unidos y los países de América Central (DR-CAFTA), el cual se espera entre en vigencia durante el segundo semestre de 2006.
A pesar de la última crisis, el bienestar de la mayoría de los dominicanos mejoró en los últimos 10 años, como se puede observar a través de varios indicadores sociales i:
La mortalidad infantil disminuyó de 50 entre 1.000 nacidos vivos en 1990 a 27 entre 1.000 nacidos vivos en 2004.
La esperanza de vida subió de 65,6 años en 1990 a 67,8 años en 2004.
La matrícula en la escuela primaria aumentó de 57% en 1990 a 86% en 2004.
La proporción de la población que cuenta con acceso a una fuente de agua mejorada aumentó de 86% en 1990 a 93% en 2001.
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RETOS DEL FUTURO
A pesar de estas mejoras, el Estudio sobre pobreza 2006 de República Dominicana señala que durante el primer semestre de 2004, 42 de 100 dominicanos eran pobres. De ellos, 16 de 100 vivían en la extrema pobreza (con menos de US$1 al día). La desigualdad de ingresos sigue intacta en los últimos siete años con un coeficiente Gini de 0,52, justo el promedio de América Latina y el Caribe, la región con mayor desigualdad del mundo.
La pobreza y los ingresos de los pobres prácticamente no registraron ninguna mejoría durante la bonanza que se produjo entre 1997 y 2002. Además, la crisis económica de 2003-2004 generó un deterioro dramático en los ingresos reales y los niveles de pobreza. Entre principios de 2003 y mayo de 2004, cerca de 15% de la población dominicana (1,4 millones de personas) cayeron en la pobreza y cerca de 6,5% (600.000 personas) en la extrema pobreza. Esta situación, que empeora cada vez más, ha aumentado en gran medida la vulnerabilidad de los hogares pobres a las crisis externas e internas y pone de relieve la necesidad de mejorar los servicios de protección social.
Después de dos años de crisis (2002-2004), la República Dominicana retomó el crecimiento económico; el peso se valoró y la inflación ha bajado. No obstante, quedan muchos desafíos por delante: pobreza, desigualdad, necesidad de fortalecer la gobernabilidad y las instituciones públicas, mejorar los servicios básicos, en particular en el sector de la electricidad, invertir más en educación y salud y resolver ciertos problemas apremiantes de exclusión social (por ejemplo, cerca de 30% de los dominicanos pobres no cuentan con documentación de identidad oficial, lo que impide su acceso a servicios públicos básicos, entre ellos escolaridad y atención de salud).
Aunque la República Dominicana está en camino de cumplir muchos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio i, dada las actuales condiciones es poco probable que logre los objetivos relacionados con la erradicación del hambre, el mejoramiento de la salud infantil y materna y la sostenibilidad medioambiental antes de 2015. (Banco Mundial)