La guerra a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por la candidatura presidencial con miras a las elecciones del próximo 2008 ha tomado un curso mucho más agresivo en las dos últimas semanas y a medida que discurre el tiempo apunta a ser cada vez más despiadada. Aunque Danilo Medina, luego de su renuncia como Secretario de la Presidencia, ha declarado que todavía no ha decidido si se va a lanzar por la postulación y que está escuchando asesorías o consejos de personas de su confianza, lo cierto es que ya hay vallas que lo promueven como la opción en ese orden, patrocinadas por un movimiento denominado Nuevo Rumbo.
Además, a través de la Internet se reciben mensajes de campaña presentando a Medina como la figura que debe representar al PLD como candidato presidencial y señalando que ya está bueno de “atajar para que otro enlace”, dejando entrever que en las dos oportunidades que el presidente Leonel Fernández ha alcanzado el poder, es Danilo quien le ha abierto el camino para que ello ocurra.
La situación se ha tornado mucho más dramática y ha llegado a vía de hecho nada más y nada menos que en el mismo Congreso Nacional, donde diputados leales a Medina, por un lado, y a Fernández, por el otro, escenificaron una agria discusión, porque los del primero, según los del segundo, no cesaban de lanzar ataques contra el gobierno y de irrespetar con pronunciamientos públicos al Presidente de la República, a pesar de todos pertenecer al partido oficialista.
Luego de esto, un grupo de 30 diputados peledeístas, preocupados por la orientación de los enfrentamientos, se reunieron en un restaurant capitalino en procura de rescatar armonía y el buen entendimiento en la bancada del partido en la Cámara Baja y con el propósito de acogerse, fundamentalmente, a los dictámenes del Comité Político y a las iniciativas que proponga el presidente Fernández. La matrícula de los diputados del PLD es de 54, por lo que en ese encuentro, que buscara reunir la mayor cantidad de ellos, con la ausencia de 24, se estableció una gran diferencia.
Leonel Fernández sigue guardando silencio respecto a sus aspiraciones reeleccionistas. Sin embargo, su página personal de Internet, www.leonelfernandez.com presenta titulares como los siguientes: “Leonel Fernández, favorito para el 2008”, “El mandatario Leonel Fernández cuenta con el 60% de aceptación entre dominicanos” y “Leonel Fernández consolida su liderazgo”, lo que evidencia que tiene decidido buscar la repostulación de su partido y nueva vez la Presidencia de la República.
A lo anterior hay que agregar los grupos de personas que se aglomeran en lugares donde Fernández acude a inaugurar obras del gobierno que se dedican a lanzar consignas que reclaman su reelección. En algunos puntos se ha visto a seguidores leonelistas con volantes que tienen la inscripción “Es tiempo de Leonel”.
Además, ya se han denunciado casos de cancelaciones leales a Medina en diferentes dependencias de la administración pública, no como una disposición directa del Presidente de la República, pero sí como una reacción de funcionarios que están en puestos de dirección del gobierno que se sienten identificados con Fernández y ven a Danilo y sus seguidores como peligrosos adversarios.
El forcejeo es enorme. Por lo bajo, la guerra es más descarnada y mezquina de lo que muchos puedan imaginar, y están los incondicionales del hasta hace poco Secretario la Presidencia que preguntan “¿Quién es Leonel…?”. Y a seguidas responden que a Leonel quien lo hizo fue precisamente Medina, deshaciendo cualquier mérito o crédito que haya aportado Fernández a su propia carrera política y a su condición de presidente.
Están los que consideran que, a fin de cuentas, ambos aspirantes a la nominación presidencial peledeístas se reconciliarán, se pondrán de acuedo, y unificarán sus voluntades en procura de concentrar toda la fuerza del partido en el candidato que resulte más idóneo para garantizar así su permanencia en el poder. El problema en este caso es que, en términos reales, y muy a pesar de las aspiraciones y ansiedades de los danilistas, si se analiza el fenómeno exento de pasiones, humos en la cabeza y borrachera de poder, los vientos siguen soplando a favor de Leonel. Esperemos, a ver.