Lo que se discute en el PLD ahora mismo no es la candidatura presidencial.
Lo que está en debate es quién es el líder de ese partido. Por esa visión es que muchos de los que hoy están apegados al cargo y al cheque no lograrán comprender el paso que acaba de dar Medina, paso del cual puede desaparecer como político y levantarse como lo que mucho le suponen que es, el líder del PLD.
El gran valor de Danilo Medina, a quien nunca es saludado, ni tratado, es su decisión aquilatarse ante quien detenta todos los poderes del país, el presidente Leonel Fernández, a quien sí conozco y he tratado, admiro y respeto, y de quien tuve la distinción de tenerlo como mi profesor de periodismo en la UASD.
Danilo renunció a su cargo de secretario de la Presidencia y ha escogido un camino pedregoso, pensarán algunos, pero esa son las decisiones que solo toman aquellos que confían en sí mismo, en la potencialidad de su liderazgo. Por eso, el cobarde y timorato no llegan a líder, porque el miedo le impide desafiar el poder. El cobarde no llega al cielo, porque le teme a Dios.
Me importa que en esa batalla Danilo gane o pierda, pero creo ha tomado una valiosa decisión, que solo uno la ve en políticos que saben lo que quieren y buscan, no en oportunistas, cobardes o irresponsables que sólo andan detrás de cargos y que a diario se arrodillan ante quienes detentan el poder.
El dirigente que tiene vocación de lider, elige el momento para desafía el poder. Danilo escogió este momento, y los resultados hablarán, la historia lo jusgará, pero el paso dado tiene mucho significado, excepto para aquellos que están aferrados al poder de ahora.