La nueva reforma fiscal que Congreso adopte con el aporte de todos, especialmente economistas de la talla de Bernardo, Alemán, etc. y que se traduzca en superávit y en un mayor desendeudamiento, tendrá sus efectos en los niveles de ahorro e inversión. De ahí el imperativo de formular una política fiscal que garantice la sustentabilidad económica sin subvaluacion de ingresos, para luego anunciar al país superávit en recaudación por crecimiento del PBI y no por eficiencia tributaria. Siempre nos comparamos con el ano pasado y crecemos; pero, ¿realmente?
Propuestas: ¿Qué hacer?
Es conveniente encabezar un planteamiento político para que la reforma fiscal no sea simplemente del orden recaudatorio. Es decir, que pueda ascender a los siguientes niveles: tributaria, fiscal integral y hacendaria.
Se sugiere profundizar la propuesta del gobierno para que ésta no únicamente sea del orden recaudatorio y se avance hacia una verdadera reforma hacendaria, donde los beneficios sean claramente perceptibles.
Esta Reforma debe cumplir como mínimo los siguientes objetivos:
1. Elevar la recaudación ampliando número de contribuyentes;
2. Mejorar la administración y control de impuestos, evitar macuteos;
3. Otorgar generalidad a los impuestos, lo cual implica gravar de igual manera a
todas las personas físicas o morales que se encuentren en la misma situación;
4. Eliminar las distorsiones y la inequidad social que actualmente debilitan el
sistema tributario en materia de IVA;
5. Aumentar, únicamente en el corto plazo, mediante el selectivo, la proporción de impuestos/PIB y transparentar el gasto público;
6. En el mediano plazo, disminuir gradualmente el peso de los impuestos
indirectos en la recaudación;
7. Dar eficiencia, honestidad y trato justo a la administración tributaria;
¿Cómo construir una reforma fiscal que satisfaga a todos?
La respuesta es sencilla y a la vez compleja: a través de consenso con todos los sectores económicos, políticos, sociales y académicos en una negociación directa y franca que legitime su aplicación.
El objetivo de la Reforma Hacendaria debe ser incentivar la producción, la creación de un mercado interno vigoroso, facilitar la exportación de los productos nacionales, y aumentar el poder adquisitivo del salario y de las clases más necesitadas.
Se requiere una política fiscal integral que vea ingreso y gasto y donde se pueda dar respuesta asegurando que los ingresos fiscales adicionales pudieran traer consigo los beneficios de la distribución.