SANTO DOMINGO.-La entrega de los premios de pintura del Concurso Nacional fue coronado con un musical sorprendente y bien logrado. Era, nada menos que Amaury Sánchez: danza, música, canción y teatro para encantar al público en un trabajo bien concebido y mejor realizado.
La Trigésima Séptima entrega del Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil concluyó con un musical que sorprendió y encantó a los cientos de niños y niñas asistentes a la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito.
Concebido y dirigido por el maestro Amaury Sánchez, Un Cuento de Navidad, vinculó la música, el canto, la danza y la actuación en torno al tema de la navidad, todo al estilo depurado que sabe imprimir el joven maestro a cada una de sus producciones.
El musical, cargado de villancicos dominicanos e internacionales, llevó el mensaje a los estudiantes de ser perseverantes en sus clases para formarse una profesión que les ayude a progresar en base a su esfuerzo, según las palabras del Santa Claus, interpretado por Luis José Germán.
Los cantantes que intervinieron en el musical Un cuento de Navidad fueron Robmariel Olea, Máximo Martínez, Amnery Cepeda y Luis Marcel Ricard.
Con un montaje escenográfico sencillo y bien logrado, los artistas recrearon una inocente trama en la cual uno de los duendes ayudantes de Santa Claus, llamado Chun-Chún, se escapa de la casa del gordo y gracioso personaje que vive en el Polo Norte.
Ese duendecillo, interpretado por Kenny Grullón, tiene una entrada al escenario con visos de acto de magia, saliendo de un regalo que se le cayó inadvertidamente a uno de los actores y de inmediato establece un gracioso diálogo con el público infantil, al que gana en base a su gestualidad exagerada y sus intervenciones cargadas de un inocente sentido del humor.
El cuerpo de bailarinas del Ballet Anna Pablova interviene con actuaciones colectivas en cuatro oportunidades, demostrando una efectiva y bien coordinada coreografía, creada por Ana Karina Cuello.
Cuando desde el público aparece Santa Claus buscando a Chun-Chún, se creó una expectativa primero y una algarabía que derivó hacia gritos y aplausos al Santa rojo y gordo que, con su bolsa de regalos, se abrió paso hacia el escenario.
Con un guión bien escrito, en el cual se le sacó partido al juego de palabras, a las canciones, a la coreografía y sobre todo a la plataforma musical dirigida por Amaury Sánchez, el espectáculo Un Cuento de Navidad contó hasta con efectos especiales al imitar una nevada.
Los personajes estaban vestidos con ropas para el frío, al estilo de los países en los que cae nieve, dando lugar a percibir que se trató de una producción cuidada hasta en los más mínimos detalles.
El personaje que capitaliza la atención del público fue el Duendecillo Chun-Chún, por una gracia en el manejo de la voz (que lograba modular para cada palabra clave) y la gestualidad corporal, sobre todo cuando caminaba bailando. En eso se robaba toda la simpatía del público.
La presentación del musical, así como un video, poéticamente realizado por el Departamento de Comunicaciones del Banco de Reservas, imprimieron un sello particular a la ceremonia de premiación en la cual doce niños y jóvenes fueron premiados por sus dibujos.
Casi sin proponérselo, el maestro Amaury Sánchez se vió ante la necesidad de montar un musical navideño dirigido a niños en la más alta sala de espectáculos de la nación, cerrando para este, uno de los años más fructíferos de su carrera.
En este 2006, el maestro Sánchez montó el afamado musial La Bella y la Bestia, en una producción que ha sido elogiada por los autores norteamericanos del montaje y toda la prensa especializada. El musical La Bella y la Bestia se menciona con insistencia como nominable en el renglón Espectáculo Musical del Año, con vistas a los Premios Casandra.
El público infantil, constituido por niños y niñas de escuelas y colegios de clase media y popular, tuvo un comportamiento excelente y respondió a cada una de las propuestas de humor del musical Un Cuento de Navidad.