Los promotores de la precandidatura a la Presidencia de la República de Danilo Medina sustentan ese proyecto en la proclama de que el Partido de la Liberación Dominicana gana las próximas elecciones con cualquier candidato que postule, pero ello no es un axioma. Además, para un político con perfil electoral, como lo es el ex funcionario palaciego, resulta una plataforma publicitaria pésima equipararse con "cualquiera".
Para quienes siguen la historia reciente dominicana está más que demostrado que los comicios no se ganan con cualquier candidato, y como muestra observan que en el torneo presidencial del año 2004, cuando el actual mandatario Leonel Fernández obtuvo un 57 por ciento del sufragio, el segundo más alto después de Don Juan Bosch en 1963, el repostulado Hipólito Mejía, al frente de un PRD en su peor momento, no fue dejado en cero, sino que colectó 34 por ciento de la votación para respaldar sus fracasados sueños de grandeza.
Hay que tener presente, que si ningún candidato alcanza el 50 por ciento se hace necesario realizar una segunda vuelta entre los dos más votados, en la que sería clave conseguir el apoyo del aspirante que ocupe el tercer lugar.
En esta ocasión, se perfila como divisa del Partido Blanco Miguel Vargas Maldonado, a quien se le sindica flaqueza en su discurso y se le enrostra falta de carisma y trayectoria política, pero que sin embargo ostenta cuantiosos recursos capaces de "engrasar" la maquinaria perredeísta y de motorizar a sus huestes aguerridas, más que motivados por la esperanza de volver a un poder que añoran.
De acuerdo a los danilístas, el "Titán de Bronce" es el dueño absoluto de las estructura del PLD, pero hay que recordar que esa misma condición se le reconocía a Don Juan, su fundador, y sin embargo bajo el mando del Patriarca siempre se verificaron fisuras, a pesar de que entonces se trataba de un partido de cuadros, extremadamente cerrado y con disciplina estricta.
Ahora, el partido morado es una organización de masas que ha crecido sobremanera, pero a la sombra del Estado y no de la ideología. Se sabe que el poder es un imán que atrae todo tipo de personas, muchas de la cuales ni siquiera se interesaban por la política partidarista al momento de ser seducidos por sus mieles. Esa estructura agigantada ya resulta hasta inoperante. Habría que ver si esa gente que suele moverse sobre la base de sus propios intereses respondería a Medina o a una figura que como Fernández ha ganado ya dos elecciones. Se tiene establecido que las masas siguen a quien les represente esperanzas.
Hay quienes sostienen que Danilo es el líder del PLD, y que donde se reúnan tres militantes morados, al menos dos le responderán. Otros en cambio, definen al ex secretario de la Presidencia como simplemente el jefe del grupo mayoritario en el partido oficial, mientras que el verdadero liderazgo lo ejerce el presidente Fernández, con una influencia que trasciende esa organización y que todos reconocen llega a los escenarios internacionales.
En política (y la historia lo registra), ningún líder cederá su posición así como así. En tal sentido, se puede pronosticar con certeza que el presidente Fernández se moverá en pos de su repostulación. Ha dado muestras claras de esa decisión, es lógico y nada se lo impide. Al contrario, su valoración entre la población se mantiene por todo lo alto, y las llamadas "fuerzas facticas" es decir, los grupos de mayor poder e influencia en la sociedad, mantienen la confianza en su capacidad de dirección.
Los grupos que activan alrededor del gobierno, sobre todo los de origen reformista, proclaman sin rubor que su compromiso en con el mandatario. Y es que los colorados son reeleccionistas por convicción. Ya el 17 de mayo de 2004, al otro día del avasallador triunfo del PLD y aliados, Leonardo Matos Berrido y Humberto Salazar, disidentes del PRSC, proclamaron en los medios de comunicación que "Leonel deberá seguir por cuatro años más", aún sin haber asumido su segundo mandato. Pero como esos no son peledeístas nadie los podía silenciar.
Es evidente, que de esa manera los reformistas pro-PLD cumplían el papel que les tocaba, promover el continuismo del actual mandatario. Quien de acuerdo a su estilo callará sus aspiraciones de seguir en el mando hasta el plazo final para manifestarlas.
OCHOQUE DE TRENES
Por todo ello, aunque muchos expresan temor al plantear semejante escenario, es inevitable la confrontación Leonel Fernández-Danilo Medina, ya que ambos dirigentes procuran el mismo espacio y es indefectible que el jefe del Estado no se quedará de brazos cruzados frente a los aprestos para desplazarlo de la boleta morada.
De seguro que para el presidente Fernández no resulta nada atractivo el panorama que se le ofrece si a partir de agosto de 2008 abandona la casa de la Doctor Delgado. Incluso, si no es designado candidato verá reducirse las lealtades a su alrededor. Igualmente, sabe que si el PLD vuelve a la oposición, el mandatario de turno, sea del PRD u otro partido, arremetería en su contra, para evitar que sus acólitos le echen en cara el permitir supuestamente que un rival así se mantenga como opción electoral.
Tras anunciar su renuncia al gobierno y que se ubicará en el partido, algunos cuestionaron que Medina escogiese un momento en que el gobierno atraviesa un camino tortuoso, con dificultades presupuestarias que reducen los fondos disponibles para importantes áreas, y cuando requiere introducir una reforma tributaria. Sin embargo, otros entienden que el gobierno será el principal beneficiario de la reactivación del PLD, ya que necesitará ese sustento político frente a las amenazas de la oposición.
REGLAS DE JUEGO
Aunque como dijimos, el choque es prácticamente ineludible dentro del PLD, se espera que prevalezca el espíritu conciliador, ya que esa organización ha demostrado que en sus filas no prima el canibalismo que tradicionalmente ha desgarrado al PRD.
En ese orden, sería oportuno y potenciador de la eventual precandidatura de Medina, que el político sanjuanero logre proyectar una nueva imagen para su sector dentro del PLD. A ese grupo muchos le atribuyen un manejo extremadamente sectario de los estamentos del poder. Mientras que al presidente Fernández existen quienes le acusan de gobernar con la "misma gente", ya que no acostumbra a realizar muchos cambios en su equipo. Pero al mismo tiempo se admite su apertura para distribuir cuotas y que su gabinete es mayoritariamente peledeísta.
LOS DEMÁS
Con respecto a los demás aspirantes presidenciales del PLD, se le atribuye a José Tomás Pérez una proyección aceptable en la Capital, no así en el resto del país. En tanto, el vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal cuenta con mayor presencia nacional, pero su estructura partidista está casi extinguida. Francisco Dominguez Brito, deberá esperar todavía.
En resumen, El PLD deberá esmerarse para que resulten transparentes y fiables los mecanismos para escoger al candidato presidencial que lo encabezará el 16 de mayo de 2008, ya que un proceso cuestionado sería la mayor amenaza para el proyecto peledeísta de permanecer en la dirección del Estado por otros cuatro años.