Tabaco, nocivo para fumadores y no fumadores

SANTO DOMINGO.-Que fumar es perjudicial para la salud no es un secreto para nadie. Por ley se exige colocar esta advertencia en la promoción, en la publicidad o en los envases de comercialización de tabacos, cigarros y cigarrillos, pues el humo que de ellos emana es una mezcla compleja de componentes químicos de los cuales al menos 40 han sido identificados como cancerígenos. El consumo de tabaco guarda estrecha relación con el cáncer pulmonar, de laringe, en los órganos digestivos y en el aparato urinario. También, predispone a la bronquitis crónica, al enfisema, úlcera péptica, arteriosclerosis, neurisma de la aorta abdominal y es un factor agravante de la hipertensión arterial, el infarto agudo de miocardio, los accidentes cerebro-vasculares y otros daños a la salud.

Las embarazadas que fuman corren un gran riesgo de sufrir abortos espontáneos, muerte de la criatura en el claustro materno, parto prematuro o que el producto presente bajo peso o futuros problemas de comportamiento y de aprendizaje.

FUMADORES PASIVOS O INVOLUNTARIOS

Pero ¿sabía usted que los efectos negativos del tabaco pueden afectar también a las personas que no fuman? Sí, a los llamados fumadores pasivos o involuntarios. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, cada año miles de personas, que nunca han encendido un cigarrillo, mueren en todo el mundo víctimas de los daños que ocasiona el tabaco.
Los fumadores pasivos son aquellos que no fuman, pero absorben involuntariamente el humo del tabaco que inhalan y exhalan a su alrededor los fumadores, siendo afectados por sus efectos nocivos, pues aspiran nicotina, monóxido de carbono y otras sustancias funestas para la salud.

Los fumadores pasivos pueden reciben el humo del cigarrillo en dos momentos: al ser inhalado y expulsado por los fumadores activos (corriente principal) y cuando se quema directamente el cigarrillo (corriente secundaria), que es donde se liberan partículas menores y con más probabilidad de depositarse en el pulmón de los que respiran el aire contaminado por el tabaco.

CUANDO USTED FUMA, AUNQUE NO FUME

Las personas que no fuman, pero viven o trabajan en compañía de fumadores, absorben las sustancias tóxicas provenientes del tabaco; en una cantidad que dependerá de la concentración de humo, la calidad de la ventilación y del tiempo que se permanece en el ambiente contaminado.

Los fumadores pasivos podrían, sin querer, "fumar" el equivalente a dos cigarrillos diarios. Ese humo que absorben puede empeorar los síntomas de asma, bronquitis crónica y alergias.

Además, está científicamente comprobado que el humo de un cigarrillo emana dos veces más alquitrán y nicotina que la inhalada por el fumador. Por ello el nivel de monóxido de carbono en la sangre de los no fumadores se eleva al compartir una habitación con fumadores.

Los niños de padres fumadores están expuestos a una mayor incidencia de enfermedades como bronquitis, neumonía, asma y lesiones del oído que pueden provocar sordera, pues sus pulmones son más pequeños y su sistema inmunitario está menos desarrollado.

MINIMICE LOS EFECTOS NOCIVOS DEL HUMO DEL TABACO

Como fumar es sumamente peligroso, porque afecta a quien lo hace y a quienes comparten su entorno, lo ideal sería que todos los fumadores dejaran de hacerlo; pero como esta aspiración constituye una quimera, se recomienda a los no fumadores adoptar las siguientes medidas para minimizar los peligros que conlleva este vicio:

– No permita que nadie le arroje encima el humo de un cigarrillo, cigarro, pipa, etc. Cuando esto suceda aléjese cuanto antes.

– Hágale saber a su familia, amigos, compañeros de trabajo y otras personas que a usted le molesta que ellos fumen.

– Coloque calcomanías, botones y letreros en su hogar, carro y oficina invitándolos a “NO FUMAR”.

– Cuando viaje o cene en un restaurante, solicite ser asignado a secciones para no fumadores.

– Apoye la legislación que restrinja fumar o establecer áreas libres de humo en lugares públicos, de transporte y de trabajo.