Pena y vergüenza debe darles a todos los dominicanos ver al presidente de la República descender de su alta investidura para salir por todo el país a repartir canastas navideñas utilizando los recursos del Estado. Pena y vergüenza debe darnos a todos los hombres y mujeres de este país ver al hombre que debe ocupar todo su tiempo y su energía en solucionar los graves problemas de la nación en campaña electoral permanentemente.
Pena y vergüenza debe darnos la "cualquierización" de la Presidencia de la República.
Pena y vergüenza es lo que da ver las fotos del Presidente en los periódicos entregando cajas con alimentos para la cena de una noche. Como si los dominicanos y dominicanas tuvieran derecho a cenar sólo una noche al año.
Pena y vergüenza ver cómo se envilece al pueblo, cómo se le humilla, cómo se reduce la condición humana, cómo se le maltrata, cómo se le despoja del orgullo, se le enajena, se le compra, se aniquila su potencial productivo. (No le des un pescado a un hombre, enséñale a pescar, dice un proverbio chino de la antigüedad).
Pena y vergüenza debe provocarle a todo el que tenga dos dedos de frente, al que tenga aunque sea un poco de conciencia social, este salir a las calles del presidente de la República para enrostrarle a la gente su pobreza material y espiritual con una migaja del poder.
Es un abuso ir a un municipio sin agua, sin energía eléctrica, sin calles asfaltadas, sin escuelas y sin hospitales, a entregar miserables canastas navideñas, con toda la parafernalia del poder, tres helicópteros y decenas de vehículos de lujo que sirven para transportar al presidente y a su gente con un costo millonario que nadie cuantifica.
¿De quién es el negocio de las 800 mil canastas navideñas que el presidente en persona está entregando? ¿Se hizo algún concurso, una licitación o algo parecido para evitar el tráfico de influencia, como suele ocurrir en esos casos? ¿Transparencia?
¡Tanto que el PLD le criticó al doctor Balaguer las fundas! ¡Tanto que el PLD criticó la entrega de juguetes que hacía Balaguer! ¡Tanto que el PLD criticó a Balaguer por el uso de los recursos del Estado para campañas electorales y para la reelección! ¡Tanto que criticó el grado a grado! ¡Tanto que los dirigentes del PLD criticaron la corrupción! Y mírenlos ahora haciendo todo lo que condenaron y criticaron.
¿Quién lo diría? ¿Quién iba a decir que un hombre joven, profesional liberal, que navega todos los días a través de la red de la Internet, que ha viajado por casi todo el mundo con todos los gatos pagados por el pueblo con su pobreza, actuaría como un caudillo de los ''60, que sería, como dice Silvio Rodríguez, "un servidor de pasado en copa nueva"?
Nadie les dijo a los dominicanos lo del Metro, ni de hospitales para ricos. Nadie les habló de las botellas, ni de las bocinas llevándose miles de millones de pesos entre las uñas mientras los apagones se prolongan por más de 18 horas todos los días. Nadie le habló al pueblo de los excesivos gastos de la señora esposa del presidente en promover sus aspiraciones políticas y personales. Nadie le dijo a la gente que el país sería convertido en una empresa privada para beneficio de unos pocos. Como tampoco nadie le dijo a la gente que su patrimonio, heredado tras la muerte de Trujillo, le seria entregado al gran capital. Nadie dijo nada de eso. Ni siquiera el Cardenal que hoy actúa como socio del gobierno apoyando la reelección, la reforma fiscal, las canastas navideñas y todo cuanto hace el oficialismo. (¿?)
Los dominicanos tenemos derecho a comer todos los días, no una vez al año, como si fuera una dádiva. Sólo un pueblo envilecido, sin educación, acepta dádivas de rodillas.
Sólo un pueblo postrado permite tantas burlas, tantos atropellos, tanta miseria acumulada, tanta muerte…
Un pueblo educado es un pueblo con conciencia, imposible de engañar. Por eso, la oligarquía criolla con la complicidad de Estados Unidos, ha financiado gobiernos títeres, de lacayos y vendepatria, que han invertido millones, no en la educación del pueblo, sino en su ignorancia, como única forma de mantenerlo subyugado, "triste y torpe", como dijo el poeta Pedro Mir.
Las canastas navideñas de la repostulación dan pena y vergüenza.
Debe andar muy mal en las encuestas Leonel Fernández para salir pueblo por pueblo a repartir canastas. Debe tenerle mucho miedo a las fuerzas de Danilo Medina para tanta pena y tanta vergüenza. ¿No les parece?