BANGKOK, 28 dic (IPS) – Buena parte del dinero donado a los países de Asia afectados por el tsunami que hace dos años mató a 220.000 personas terminó en bolsillos de particulares, y no en tareas de reconstrucción, según expertos.
"¿A dónde fue el dinero del tsunami?" fue el título de portada del diario tailandés The Nation el domingo 24.
El periódico se refería a una carta en que siete países occidentales advirtieron al gobierno en Bangkok que la ayuda financiera enviada para ayudar a las víctimas de la catástrofe natural del 26 de diciembre de 2004 "había sido robada".
Mientras, el diario srilankés The Island acusó este miércoles a "elementos corruptos del personal público" de sacar provecho de la ola de muerte y destrucción que asoló este país.
"La falta de acciones del gobierno para llevar a la justicia a quienes robaron los fondos del tsunami socavó severamente la confianza del público y la de los donantes internacionales que respondieron al desesperado llamado de ayuda de Sri Lanka", advirtió The Island.
Por otra parte, advirtió, "la distribución de la ayuda ha sido seriamente desequilibrada".
El gobierno de India debió responder a los cuestionamientos de la organización humanitaria internacional ActionAid, que le reclamó por la construcción de viviendas prometida a los damnificados.
"En las áreas afectadas por el tsunami en India, apenas se construyeron 28 por ciento de las 98.447 casas requeridas. En las islas de Andaman y Nicobar, donde se necesitan 9.174 viviendas, la reconstrucción asciende a apenas uno por ciento", indicó ActionAid.
El tsunami, desatado por un terremoto con una magnitud de 9,3 de la escala de Richter debajo de las aguas frente a Sumatra, arrasó las costas de 11 países del océano Índico.
La septentrional provincia indonesia de Aceh figuró entre las regiones más afectadas, con la pérdida de 165.000 vidas, seguida por Sri Lanka, con más de 35.000, el sur de India, con 12.405, Tailandia, con 8.212, y Maldivas, con 82 muertes.
La respuesta del mundo a la tragedia fue rápida y generosa. Países, instituciones y particulares financiaron un plan de alivio y recuperación. Los 14.000 millones de dólares comprometidos superaron las expectativas. Fue el mayor paquete de ayuda humanitaria de la historia por una sola catástrofe.
Htoo Chit, quien trabaja con inmigrantes birmanos en las costas de Tailandia, es un buen ejemplo entre los activistas comunitarios que lograron ayudar a reconstruir sus poblados devastados gracias a la asistencia internacional.
El director del no gubernamental Comité Comunitario de Educación en Derechos Humanos y Desarrollo dijo haber recibido "fondos suficientes" durante el año posterior al tsunami como para realizar su difícil tarea. Unos 2.000 birmanos, radicados legal o ilegalmente en Tailandia, murieron en la mañana del 26 de diciembre.
"Ayudamos a las familias sobrevivientes con apoyo inmediato. Atendimos sus necesidades de servicios sanitarios, viviendas de emergencia y documentación. Pero desde 2006 necesitamos más dinero. Apenas recibimos la mitad de los 200.000 dólares que nos prometieron para el segundo año" de sus programas de emergencia, dijo Htoo Chit a IPS.
Esta diferencia entre compromisos y aportes efectivos también quedó en evidencia con una operación cuyo inicio se preveía para mediados de 2005, poco después de la limpieza y acondicionamiento de los terrenos asignados a las nuevas viviendas.
Un informe publicado la semana pasada por el ex presidente estadounidense Bill Clinton, en su carácter de enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas para atender a las víctimas del tsunami, muestra grandes carencias.
En Indonesia, donde 141.000 viviendas quedaron destruidas, solo se construyeron 43.400. En Sri Lanka, 58.384 de 103.836. En India, 27.845 de 99.290. Y en Maldivas, 1.587 de 8.909.
Estas cifras abonan los cuestionamientos sobre el manejo de la ayuda internacionales, dirigidos hacia los gobiernos, contratistas con vidriosos antecedentes e incluso destacadas organizaciones humanitarias como Oxfam y Save The Children.
A mediados de este año, el Movimiento Anticorrupción de Aceh fustigó a empresas por utilizar material de mala calidad en la construcción de viviendas financiada por estas dos instituciones internacionales, y exigió la demolición de 741.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja recibió 2.200 millones de dólares para asistir a los damnificados por el tsunami, pero en dos años apenas gastó la mitad de ese dinero.
La cadena de radio y televisión británica BBC calculó que de las 50.000 viviendas a cuya construcción se comprometió la Cruz Roja en Indonesia, Maldivas y Sri Lanka, apenas se levantaron 8.000 hasta este mes.
El investigador srilankés Darini Rajasingham Senanayake, de la Asociación de Cientistas Sociales de Colombo, advirtió que la Cruz Roja utilizó el dinero de los donantes para financiar una burocracia de "expertos internacionales" más que para ayudar a las víctimas.
Se trata de "183 'voluntarios' extranjeros, con escasa experiencia técnica, conocimiento sobre la sociedad, la política, la cultura, las lenguas locales o las estructuras sociales (de Sri Lanka), cada uno de los cuales cuesta más de 120.000 dólares",
Pero la Cruz Roja, que ya participó en programas similares luego de terremotos y otros desastres naturales en Irán, India y América Central, tiene una versión diferente.
"El programa de vivienda en Sri Lanka se completará el año próximo. Creer que estas casas pueden construirse en dos años es poco realista", dijo telefónicamente desde su oficina en Ginebra Johan Schaar, representante especial de la institución humanitaria para la operación.
En el segundo aniversario del tsunami, el secretario general saliente de la ONU, Kofi Annan, acusó al gobierno de Sri Lanka y a los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil de elegir la violencia para avanzar casilleros políticos, mientras está vigente un cada vez más frágil cese del fuego, en lugar de asumir como prioridad la atención a las víctimas del tsunami.