Dijo Cristo a Pedro -antes de que el gallo cante tres veces tú me negarás- y a si fue, el discípulo negó al maestro. Hoy, salvando los años de historia y la creencias, Leonel, el hombre, el discípulo escogido, al primer cantar, decide encaminar el partido y posiblemente al país al incertidumbre del 2012. Grande son los retos, sacrificios y comportamientos que deben recorrer los hombres y mujeres que hacen la historia, el desprendimiento personal, las ambiciones desmedidas, el bien general ante el individual, etc. Por eso, pocos son los elegidos. Leonel, el presidente se encamina a hacer todo lo contrario a sus enseñanzas, a que la inmediatez de la cultura insular lo redima en el futuro a través de un cuadro colgado en el salón de los “ex”, en el palacio de gobierno. No así en el corazón de un pueblo, que es donde verdaderamente moran los héroes y mitos de la historia. Pero es mucho pedir para un mortal de los tiempos que hoy corren.
El presidente surca el camino de su propio proyecto, no así el de la colectividad de una organización, inflado por cantares de bufones y poderes internacionales, se justifica asimismo como una necesidad nacional, que no deja de ser una mentira coyuntural. Porque él y los mortales ignorantes dominicanos como yo, sabemos que cuatro años más del presidente no solucionaran los males estructurales del sistema dominicano. Pero no se preocupen, los intereses nacionales e internacionales en juego, con sus recursos se encargaran de hacernos creer que estamos equivocados. Pero la historia será testaruda.
En algunos discursos del presidente, hablando sobre la economía del país, le he escuchado decir -al enfermo primero hay que estabilizarlo, para después sanarlo-. En efecto una verdad como la copa de un pino, pero en bastante ocasiones el mal del enfermo es tan crónico que la mejora evidente por el consumo de una parte de la medicina no asegura su sanamiento final, sino hasta que este cumple el tratamiento completo. Leonel puede ser parte de la mejora inicial, del tratamiento final, pero también del agravamiento crónico, todavía está en sus manos la decisión.
Para que nuestro país, la República Dominicana, se dirija por los senderos del Estado de bienestar social, necesita de un proyecto y tiempo, comandado por la unidad de un colectivo pensante y a ser posible timoneado por un capitán cuya moral, ética y desprendimiento, forje en sus marineros la conciencia del sacrificio personal, ese sería el papel de un Leonel, que piense más en el futuro bien del país, que en su propio proyecto personal e inmediatita.
Todos los dirigentes del PLD saben de qué estoy hablando, porque sus números y apreciaciones futuros, les dicen que el partido gana en el 2008, pero que el 2012 es incierto. Claro que sí, el futuro siempre es incierto, pero si nos obstinamos en hacerlo más, más se cumplirá la teoría de Peter -cuanto más mal creamos que van las cosas, más mala irán- . Pero en este caso, no debería cumplirse tal teoría, porque ese partido cuenta con un bagaje de futuros presidenciables, parte de esa medicina y tratamiento completo del enfermo, que probablemente quedarán en la chistera, preso de una coyuntura personalista e individual.
Lo peor es que no aprendemos de nuestra resiente historia democrática, salvo Balaguer que se impuso a sangre, fuego y desapariciones. Antonio Guzmán frustró las aspiraciones de un Franco Badía, por sus propias apetencias, que también tuvo de frente a Salvador Jorge Blanco, que a su vez, prefirió entregar el gobierno al contrario debido a sus frustradas continuistas. Que culminaron con el asolamiento económico del país por el desastroso huracán Hipólito, que borracho del cáliz reelecionista, también prefirió romper el timón y los cuadros de mando, antes que salvar la nave.
El país y el partido necesita de Leonel, pero de un Leonel parte de un proyecto, no el todo. Creo que el presidente aún tiene tiempo de ser parte de la historia del pueblo dominicano, no solo del palacio presidencial. Aguantar la presión de los grandes intereses y cortesanos, solo le está reservado a los grandes hombres y mujeres.
Redimirse como lo hizo Caamaño en el `65, después de “Palmasola”, solo le está consagrado a los héroes. El tercer camino, solo forma parte de la invisibilidad y el coyunturalismo.
Madrid, España 26 de diciembre de 2006.