La ejecución de Saddam Hussein ha provocado reacciones en el mundo, mientras un canal de televisión chiita mostró el cadáver del ex dictador reportan medios internacionales. En la filmación el cuerpo del ex presidente Saddam Hussein aparece envuelto en una mortaja blanca.
Las imágenes, granulosas y de baja calidad mostradas en Biladi, una emisora chiíta, mostraron a Saddam tendido con su cuello torcido y con lo que parecía ser sangre o una hematoma en la mejilla izquierda, reporta la agencia Reuters.
Las imágenes son de baja calidad y parecen haber sido tomadas con un teléfono celular o una cámara pequeña.
Más temprano el sábado, un testigo que testificó en el juicio a Saddam le dijo a Reuters que estuvo entre las personas que pudieron ver el cadáver del ex líder durante una recepción privada en la oficina del primer ministro.
La televisión privada Iraqiya mostró imágenes de Saddam cuando dos hombres encapuchados le colocaban la soga al cuello. Aún no se vieron imágenes del momento en que Saddam fue ahorcado.
De su lado, Unión Europea (UE) condenó el sábado la ejecución del ex presidente iraquí Saddam Hussein, y un alto funcionario del bloque calificó el hecho de acto de barbarie que podría crear un mártir inmerecido.
Finlandia, que en la actualidad ocupa la presidencia rotativa del bloque continental, y un portavoz del jefe de política exterior, Javier Solana, dijeron que se oponían a la ejecución de Saddam en la horca en Bagdad por crímenes contra la humanidad.
"La UE tiene una visión muy consistente contra el uso de la pena de muerto y esa decisión no debería ser utilizada tampoco en esta instancia, pese a que no hay dudas que Saddam es culpables de serios crímenes contra la humanidad," dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Finlandia, Erkki Tuomioja, en declaraciones televisivas.
El Comisionado de Ayuda y Desarrollo de la UE, Louis Michel, le dijo a Reuters que cree que la pena capital está en la vereda opuesta de la democracia que los líderes iraquíes intentan construir.
"Uno no lucha contra la barbarie con actos que califico como barbáricos. La pena de muerte no es compatible con la democracia," dijo en una entrevista telefónica.
"Lamentablemente se corren riesgos de que Saddam Hussein aparezca como un mártir, y él no se merece eso. El no es un mártir, él hizo las peores cosas," agregó el funcionario.
Un importante legislador del bloque dijo a una radio alemana que "una muerte decidida por el gobierno" podría desestabilizar aún más a Irak.
Desde el Vaticano se condenó el sábado la ejecución de Saddam Hussein, a la que calificó como un evento "trágico," y alertó que se corre el riesgo de fomentar un sentimiento de venganza y sembrar una redoblada violencia en Irak.
"Una pena capital siempre es una noticia trágica, una razón para la tristeza, incluso si tiene que ver con una persona que es culpable de crímenes graves," dijo el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.
"La posición de la Iglesia (contra la pena de muerte) ha sido repetida usualmente," agregó.
La Iglesia Católica sostiene que la pena de muerte es injustificable en la actualidad porque la sociedad moderna ha desarrollado mejores formas de protegerse de los crímenes y porque sólo Dios puede terminar con una vida.
Ejecutar a los culpables "no es la forma de reconstruir la justicia y reconciliar a la sociedad. De hecho, hay un riesgo de que se alimente un sentimiento de venganza y se genere más violencia," agregó.
El Vaticano, que se opuso a la invasión a Irak liderada por Estados Unidos, dijo que la ejecución de Saddam podría empeorar la situación en el país árabe.
"En estos tiempos oscuros para la sociedad iraquí, uno sólo puede esperar que las partes responsables realmente hagan todo el esfuerzo para que se encuentre la paz y la reconciliación en esta situación tan dramática," destacó.
Saddam fue ahorcado en Bagdad por crímenes contra la humanidad en las primeras horas del sábado, en lo que fue un violento final para el hombre que lideró Irak por casi tres décadas antes de ser derrocado por la invasión estadounidense.
La guerra en Irak fue la causa de uno de los mayores enfrentamientos entre el Vaticano y el gobierno de Estados Unidos.
Antes de la invasión del 2003, el por entonces Papa Juan Pablo II envió a varios cardenales a Estados Unidos para pedirle al presidente George W. Bush que no atacara.
También mandó representantes a Irak para pedir a Saddam que cumpliera con las resoluciones internacionales.
Las relaciones empeoraron cuando Saddam fue capturado y el ministro de Justicia del Vaticano, el Cardenal Renato Martino, criticó al Ejército de Estados Unidos por tratar al ex líder iraquí "como ganado."