La Agencia Espacial Norteamericana (NASA) ha desarrollado un dispositivo que permite leer la mente y convierte los “pensamientos” en palabras según divulga la Agencia de Noticias Argentina, TELAM,
Chuck Jorgensen, del Centro Ames de la NASA en Silicon Valley (California, Estados Unidos), es el director del equipo que ha creado el artilugio.
El invento permite hablar sin utilizar la voz.
Funciona mediante unos electrodos situados en el cuello los cuales detectan las señales que envía el cerebro al aparato fonador cuando tenemos intención de hablar y las traduce en una voz sintetizada.
Está basado en que cuando una persona habla, el cerebro envía señales eléctricas hasta la lengua y las cuerdas vocales.
También lo hace cuando el individuo lee o vocaliza palabras sin emitir sonido, circunstancia que han aprovechado los científicos para desarrollar el invento.
"Estamos centrados en la búsqueda de patrones neuromusculares que se envían a través del sistema nervioso, para deducir las palabras que habría dicho la persona", señaló Jorgensen
Los electrodos son del tamaño de un botón y se sitúan bajo la barbilla y a ambos lados de la nuez, donde se concentran las señales nerviosas.
Los científicos han diseñado un ’software’ que trata de resolver un problema que "es análogo al de un sordo sentado ante una orquesta viendo a un músico tocar un instrumento, una flauta por ejemplo, y tiene que deducir qué música está tocando mirando qué agujeros de la flauta tapa".
En este caso, los agujeros tapados son las señales que recogemos de los músculos que controlan el discurso.
En el futuro, esta tecnología podría utilizarse para hablar en ambientes muy ruidosos o para mantener conversaciones telefónicas muy privadas en lugares públicos pequeños, como el autobús o el tren.
Los astronautas también podrán beneficiarse de este dispositivo ya que, dentro del traje espacial, su voz se distorsiona. Si hablan en silencio evitan que el sonido se deforme. Asímismo, cuando los astronautas sufran debilidad muscular por falta de gravedad durante una larga estancia en el espacio, podrán utilizar el artilugio para enviar señales.
Por otra parte, los buceadores podrán hablar bajo el agua con el regulador de aire en la boca.
Otra posibilidad es usar el invento en los aeropuertos, para mejorar la comunicación entre los técnicos de las pistas de aterrizaje y los controladores aéreos situados en las torres.