Todos los niños tienen en común que han sido engendrados por un hombre y una mujer (padre y madre). En nuestros tiempos algunos infantes han llegado a pensar que tener papá es un privilegio, y esto debido a las tantas madres que se ven obligadas a educar solas a sus hijos, porque el hombre que los engendró por una causa u otra no está a su lado.
Vale la pena que la sociedad medite -especialmente los hombres- cuál es el papel u obligación de quien procrea. Si usted sabe que no va poder cumplir con la responsabilidad que conlleva tener un hijo, no lo tenga, y si por la razón o “canita al aire” que fuese le nace uno, tiene la responsabilidad de por vida con éste.
En nuestro país es muy común escuchar al hombre decir que tuvo un hijo en la calle, queriendo denostar a la mujer con la que lo ha tenido y especificar que tal infante nació fuera del matrimonio que para él es dizque “sagrado”.
Sería bueno que los hombres entiendan que no hay hijos sin padres y que por lo tanto inmediatamente la mujer recibe la noticia de embarazo, la crianza y educación de esa criatura les pertenece a los dos por igual, y se le debe proporcionar todo lo necesario para que física y mentalmente crezca sana y fuerte.
Todavía en pleno siglo XXI, y a pesar de que el mundo ha cambiado increíblemente, los niños no nacidos dentro de un matrimonio en el mayor de los casos son marginados y principalmente por quienes los han engendrado, algunas veces influenciados por la mujer que duerme a su lado y comparten la misma casa.
Recibir amor, protección y cuidado de su padre no debe nunca ser un privilegio para los niños, sino un derecho inherente que no se le puede quitar bajo ninguna circunstancia.
La falta de responsabilidad paterna, económica o afectiva, causa traumas insuperables en el niño o niña, lo cual va a incidir determinantemente en la futura personalidad del adulto. Así no se educa ni se construye una mejor sociedad. Hasta ahora la legislación para regular esta falta no ha servido de mucho. Sólo una actitud personal de cada hombre que engendre hijos fuera del matrimonio pudiera ayudar grandemente a superar este mal social.
Quien escribe es periodista.