Los dominicanos, y en especial los que residimos en la ciudad capital o Distrito Nacional tenemos el orgullo de disfrutar de un malecòn, de playas y paisajes paradisiacos. Poseemos el primer hospital del nuevo mundo, la primera universidad de Amèrica, las primeras calles, el primer cabildo, y varios etceteras màs en muchas otras cosas.
Los dominicanos somos poseedores de la virtud de ser hospitalarios, buena gente, amables y muy cooperadores.
Los capitaleños o residentes en la ciudad capital de la Repùblica Dominicana, -aunque oriundos de todos los rincones del pais-, en particular yo naci en San Francisco de Macoris, conjugamos el buen humor y el don de gente que se ha perdido en la mayoria de las naciones que han logrado cierto nivel de desarrollo tècnico-cientifico, pero tambièn en otros de similar desarrollo que el nuestro.
Los habitantes de la demarcaciòn capitalina solo deseamos que en el territorio que ocupamos, se puedan respetar las ordenanzas municipales y las leyes de trànsito para poder vivir màs tranquilos.
Este año 2007 felicito al Sindico Roberto Salcedo, por el trabajo realizado, por iniciar un proceso de desarrabalizaciòn de la ciudad capital, por su defensa de los espacios pùblicos y las àreas verdes, y por brindar a todos los niños de Santo Domingo, pero en especial a los màs pobres que no tenian espacios abiertos seguros donde recrearse, la oportunidad de poder disfrutar de parques como los de Las Canquillas, donde juegan, de manera libre y segura.
Sin embargo, Señor Sindico, le pido muy encarecidamente, que continùe con la polìtica de recuperaciòn de àreas verdes y construcciòn de parques, pero en especial, con la recuperaciòn de los espacios que se han perdido en nuestra ciudad, y que impiden hasta caminar por calles y aceras.
Le pido, Señor Sindico, que desarrabalice el sector de Villa Consuelo, donde no se puede caminar y mucho menos transitar. Que desarrabalice la avenida Francisco del Rosario Sànchez, donde ya no hay espacio nisiquiera para caminar.
Le recuerdo Señor Sindico, que esa importante avenida empalma con la Avenida del Puerto, la cual conecta con la Zona Colonial, como importante punto turistico.
Es por ello, que resulta inexplicable e incomprensiva que una ruta tan importante como la avenida Francisco del Rosario Sànchez, haya sido dejada al olvido y convertida en un vertedero.
Es cierto que su administraciòn ha iniciado un proceso de recuperaciòn de esa importante vìa, sin embargo disiento de su plan de construirle locales, cuando lo correcto es limpiar completamente la zona, y dejar a un lado el populismo.
Pero tambièn, su administraciòn ha mantenido la vergüenza que significa la Duarte con Paris, donde los vendedores ambulantes, los fijos, los motoconchistas, los choferes de carros pùblicos y los de autobuses se han adueñado de la zona.
Es lamentable Señor Sindico, que su administraciòn no haya tomado medidas màs enèrgicas para higienizar esa importante zona, que alegadamente se define como el centro de la ciudad capital.
Roberto, deje a un lado el pupulismo, haga cumplir las leyes y ordenanzas municipales, que los habitantes de la capital -la gran mayoria- se lo agradeceremos.
Recupere los espacios pùblicos, y no se ponga a pensar en unos cuantos votos màs o unos cuantos votos menos, al momento de tomar una medida correcta.
Que nuestros centros culturales y hospitales no sean arropados por vendedores de toda clase, que ensucian su entorno y le dan un aspecto de arrabalizaciòn a lugares que deben gozar de un ambiente de paz y tranquilidad.
Que este año que inicia, sea el principio del fin del reino del caos y el desorden que significan los sindicatos de choferes.
Ojalà, que este año 2007, sea el año donde se afiancen y profundicen las inciativas que usted iniciò en el 2006.
Deseo que este nuevo año, sea conocido en el futuro, como el año donde la ciudad recuperò el orden, la disciplina, el alumbrado de sus calles y avenidas, y el control de sus espacios pùblicos.
Esos son mis mayores deseos Señor Sindico, Roberto Salcedo, en el año que
iniciamos. Le aseguro que podrà contar con cientos de miles de residentes de
la capital que le defenderàn. Cuente con migo.