SANTO DOMINGO.-El ingeniero Miguel Vargas Maldonado, aseguró que la política económica que ejecuta el gobierno ha provocado el encarecimiento de la mayoría de los bienes y servicios que consume el pueblo dominicano. El precandidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), dijo que la falta de apoyo a los sectores productivos nacionales, el desenfrenado aumento del gasto corriente del gobierno, el alza de los precios de los combustibles y la electricidad y los continuos aumentos de impuestos, han elevado los costos de producción y de importación de bienes finales y materias primas.
Vargas Maldonado sostuvo que “el aumento de la tasa y ampliación de la base del Itbis, los aumentos excesivos en las tasas de los impuestos selectivos sobre el consumo de bienes, telecomunicaciones y seguros, los aumentos de los impuestos sobre los combustibles, el incremento de la tasa del Impuesto sobre la renta y el aumento de los valores aplicados por las aduanas –junto al encarecimiento de los servicios de transporte y energético- han elevado sustancialmente los costos de producción de los bienes que se producen en República Dominicana”.
“La consecuencia inmediata de los aumentos de costos ha sido el incremento de los precios que pagan los consumidores, lo que ha deteriorado las finanzas de las familias dominicanas y sus condiciones de vida”, indicó.
Señaló que la comparación de los precios que se registraban en los colmados y supermercados en agosto del 2004 con los de diciembre de 2006 revela que, entre esas dos fechas, se produjeron aumentos insoportables.
El precandidato presidencial del PRD dijo que el precio de la leche en polvo se incrementó en un 20%; la leche Carnation aumentó en un 36%; el precio de los refrescos de 20 onzas se incrementó en un 33%; el precio de la pasta de tomate se elevó en un 37%; el precio de los plátanos aumentó en un 40%, indicando que ahora se venden por libra, algo nunca antes visto en el país; el precio de los huevos aumentó en un 50%; y el precio del pan subió en un 50%, esperándose un nuevo aumento en los próximos días, luego del anuncio del aumento en el precio de la harina.
Sostuvo asimismo que el precio del salami se elevó en un 117%; la chuleta aumentó en un 50%; el precio de la libra de queso se disparó en un 50%; el precio de la latas de guandules y habichuelas se elevó en un 60%; el precio de la lata de pica pica aumentó en un 62 %; el precio de las pastas alimenticias (spaghetti, fideos y coditos) se incrementó en un 67%; el precio de las compotas se elevó en un 69%; el precio del azúcar crema subió en un 75% y el de la blanca en un 90%;
“El precio del sobre de café se elevó en un 100%; el precio de la cerveza pequeña se aumentó en un 67% y el de la cerveza grande en un 75%. Para completar ese terrible panorama, el precio del gas subsidiado se incrementó entre agosto 2004 y diciembre 2006 en un 82% y el precio del gas no subsidiado subió en un 134%”.
Señaló que con los aumentos en los fletes de transporte de carga de un 35% que se están anunciando, se producirá una ola generalizada de aumentos de precios que afectará aún más a los dominicanos.
En ese sentido, dijo que los aumentos de precios se deben a que el Gobierno del Presidente Fernández, en vez de recortar el derroche y el despilfarro en el gasto público, ha utilizado la tiranía de su mayoría congresional para subir impuestos sin escuchar al pueblo ni ponderar los criterios de los sectores empresariales y sociales del país.
“Mientras los precios se disparan, el Presidente Fernández da la espalda a la gente y se dedica a teorizar sobre la reforma constitucional”, indicó.
Sostuvo que el impacto negativo de los aumentos de precios sobre la población se agrava debido al hecho de que el INESPRE se encuentra en bancarrota. “Los mercados de productores no existen, lo que obliga a los pobres a adquirir los productos a precios mucho mayores que en el pasado cuando INESPRE operaba”, indicó.
Finalmente, dijo que esa situación significa que el incremento del costo de la vida de los más pobres es superior al que se ha registrado para las personas de mayores ingresos, “pues éstas –al igual que lo hacen ahora- compraban en supermercados y colmados”.