Contrario a lo que muchos piensan, el sueño no es una etapa inactiva de reposo, sino un estado de gran actividad donde se llevan a cabo cambios hormonales, metabólicos, térmicos, bioquímicos, mentales y de memoria; todos fundamentales para que el organismo pueda funcionar correctamente.
Dormir lo suficiente es absolutamente necesario para mantener un perfecto equilibrio físico y psíquico y evitar trastornos en nuestro “reloj interno”. Tan importante es el sueño para la salud que más rápido sobreviene la muerte por falta de sueño que por falta de alimento.
El ritmo biológico de nuestro cuerpo se rige por la luz solar y el sueño se sincroniza con la oscuridad. Por eso, quienes por asuntos de trabajo, por hábito o por algún trastorno pasan la noche despiertos y duermen durante el día, no descansan lo suficiente; independientemente de la cantidad de horas que, luego del amanecer, permanezcan en los brazos de Morfeo.
No existe un número ideal de horas de sueño; para algunas personas cinco son suficientes y otras necesitan más, incluso el doble. Pero quienes no duermen durante el tiempo que su organismo requiere corren el riesgo de que se afecte su sistema respiratorio y el cardiovascular.
PARA CONCILIAR EL SUEÑO
Quien no duerme bien durante la noche pasa el día cansado, soñoliento, de mal humor y con dificultad para concentrarse. Además, aumentan sus posibilidades de padecer depresión, ansiedad, hipertensión y enfermedades crónicas. Según estudios, la mortalidad es más alta en quienes duermen menos.
Prevenga y alivie el insomnio con estos consejos de los neurofisiólogos, que si los pone en práctica les ayudarán a dormir de manera natural:
– Evite el sedentarismo. Haga ejercicios, pero no momentos antes de irse a la cama, sino con unas horas de anticipación.
– Vaya desacelerando su actividad; acuéstese cansado mental y físicamente, pero cuando se acerca la hora dormir no realice tareas que requieran mucha concentración, ni trabaje hasta el último momento.
– Antes de cerrar los ojos, siéntese en la cama y mantenga una respiración lenta y profunda. Inhale y exhale aire por la nariz unas 40 veces. Es un buen recurso para calmar su mente inquieta.
– Evite las discusiones antes de acostarse y vaya a la cama libre de preocupaciones, miedos, tensiones o pensamientos negativos que influyan en la calidad del sueño. Para lograrlo, en vez de ver televisión, mantenga una conversación relajante, escuche música suave o lea (no una historia de terror o noticias que puedan impresionarlo).
– Duerma en una habitación bien ventilada, en un colchón adecuado, evite el exceso de frío y elimine del ambiente cualquier molestia como ruidos o exceso de luz.
– No se acueste con hambre, ni después de una comida muy pesada. Lo ideal es cenar dos horas antes de irse a dormir.
– No consuma café, té, refresco, alcohol, tabaco ni cacao antes de dormir.
– Evite las siestas o trate de que la misma no sean mayores de media hora.