SANTO DOMINGO. -El Internet y otras nuevas tecnologías de la información y la comunicación han revolucionado el manejo del audio digitalizado y la popularidad del “MP3” ha aumentado de forma vertiginosa.
El tan utilizado “MP3” es un formato de compresión de archivos digitales, capaz de organizar, almacenar y reproducir música en un disco de computadora, en poco espacio pero con muy buena calidad de sonido.
Quien posea una computadora con tarjeta de sonido y un lector de CD (disco compacto, del inglés compact disc) puede almacenar una canción convencional en formato MP3, donde un minuto de música equivale a un mega bite (unidad de medida de datos informáticos) de espacio en disco. Esto ha traído grandes repercusiones comerciales.
ÚSELOS, PERO CON MODERACIÓN
Los reproductores de MP3 son actualmente una referencia obligatoria en materia de herramientas musicales, pero su uso excesivo e inadecuado puede provocar lesiones irreversibles en el oído interno, por el incremento en los decibeles de ruido y la proximidad de los auriculares con el tímpano.
Según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud, la pérdida de audición provocada por el ruido es una de las enfermedades irreversibles más frecuentes y afecta principalmente a los adolescentes, porque no sólo utilizan diariamente sus reproductores MP3, sino por su larga permanencia de manera regular en sitios de diversión donde la música suele estar mucho más alta de los niveles aceptados (90 decibeles como máximo)
Si la persona que está al lado de quien utiliza un reproductor de MP3 puede percibir e identificar la canción que está sonando, o si quien lo usa grita cuando habla; es probable que el sonido esté superando los 85 ó 90 decibeles, lo que sumado a la gran cantidad de horas de exposición a los ruidos, puede ocasionar lesiones en el oído.
La situación se complica porque muchas veces los jóvenes pretenden “tapar” el ruido del ambiente subiendo el volumen de sus reproductores de MP3, con lo cual aumentan el nivel de decibles que soporta el oído sin recibir daños.
SEÑALES DE ALERTA
Un gran porcentaje de la población desconoce los inconvenientes que conlleva la exposición excesiva y prolongada a sonidos que sobrepasan los decibeles permitidos y como el deterioro precoz de la audición es asintomático, cuando alguien se da cuenta que no oye bien suele ser muy tarde para reparar el daño.
Los síntomas de un trauma acústico pueden variar de una persona a otra, pero las primeras señales suelen ser constantes zumbidos en los oídos que luego degeneran en una sordera, la cual se incrementa si se mantiene el grado de exposición al ruido excesivo. Cuando el problema no se enfrenta ante las primeras señales, el daño producido es irreversible.
ESCUCHAR MÚSICA, PERO SIN RIESGOS
Para prevenir lesiones auditivas no hay que renunciar al placer que proporciona el escuchar música, pero hay que hacerlo sin correr riesgos. El oído soporta hasta ocho horas de exposición diaria a sonidos que no excedan los 85 ó 90 decibeles. Si esa medida aumenta, el tiempo debe reducirse a la mitad.
Los especialistas del Instituto Superior de Otorrinolaringología de Buenos Aires, Argentina, advierten que si luego de dos horas de haberse quitado el auricular o salir de un ambiente ruidoso una persona continúa percibiendo un ruido significa que hay un traumatismo acústico que puede tener consecuencias en la audición.
También en enfatizan la importancia de que ante la primera señal de dificultad para comprender o discriminar algunas palabras se busque de inmediato ayuda profesional.