Releo las palabras de nuestro Presidente… esas que pronunció hace dos años, cinco meses y tres días, y restando un año, seis meses y 27 días… Un decir afirma que “el tiempo vuela”. Es cierto, el tiempo vuela, pero los problemas que padece la República Dominicana parecen tener pies de plomo.
El 16 de Agosto del 2004 tomó posesión del Gobierno el Partido de la Liberación Dominicana, encabezado por Leonel Fernández. Las promesas, esas que pueden olvidar los príncipes, pero que no olvida el pueblo, fueron muchas.
Esas promesas crearon expectativas y las expectativas no cumplidas generalmente significan frustración. El éxito real de los políticos se fundamenta en la coherencia.
Un concepto sencillo de coherencia es la armonía entre lo que se dice y lo que se hace.
Coherencia tienen las personas de una sola pieza, que actúan de acuerdo a sus principios.
Coherencia se desea entre las políticas fiscales, económicas y sociales del Gobierno.
La coherencia es imprescindible si se quiere mantener la credibilidad. Y a la inversa: quien desea minar su credibilidad sólo debe trillar el camino de la incoherencia.
Al releer el discurso pronunciado por el Presidente Fernández el 16 de Agosto del año 2004, destaco algunos elementos (son muchos, pero el espacio es corto):
Un cuestionamiento a la casi duplicación de la deuda externa que pasó de US$3,635 millones en el 2000 a US$7,200 millones en el 2004.
Nos habló de la necesidad de “recuperar la confianza” y nos explicó que la acción más importante sería iniciar un período de austeridad. “Esa austeridad significa poner todo el empeño para reducir en no menos de un 20 por ciento el gasto del Estado”.
Consciente del desproporcionado tamaño del Estado dominicano, especialmente de su nómina pública, nos dijo que había muchos cargos públicos en exceso, los cuales serían suprimidos y planteó creer que las oportunidades de empleo deben ser iniciadas, fundamentalmente, por el sector privado “que es el gran creador de la riqueza nacional”. Nos alentó al afirmar que “hay que suprimir aquellos cargos de subsecretarios de Estado no contemplados en la ley orgánica de la Secretaría de Estado correspondiente”.
Concibe al sector privado como “locomotora del progreso” y al Estado como “simple maquinista”.
Al hablarnos del problema eléctrico nos señaló que “el problema consiste, simple y llanamente, en que no hay fondos suficientes para cubrir los costos de producción de energía”, y esbozó un conjunto de razones: 1º. Se ha disparado el costo por el incremento en los precios de los combustibles y por la devaluación del peso dominicano; 2º. Casi la mitad de la electricidad producida se pierde o no se paga; 3º. Incapacidad del Gobierno para pagar el subsidio. Y planteó algunas medidas, entre las que mencionó la focalización del subsidio eléctrico, el aumento del índice de cobros, la realización de una licitación internacional para adjudicar la administración de Edenorte y Edesur a empresas privadas especializadas en administración de servicios públicos, aprobar el proyecto de ley de incentivos a las energías renovables, entre otras.
Nos invitó a trabajar simultáneamente en culminar “las tareas inconclusas de la era industrial” y al mismo tiempo “trabajar en la agenda de la modernidad y el progreso, la que se corresponde con la sociedad del conocimiento y la era digital”.
Afirmó que la sociedad sería capaz de crear un nuevo modelo de desarrollo económico “que, al mismo tiempo que protege el medio ambiente y los recursos naturales, brinde al sector agropecuario, a la industria nacional, a las zonas francas, a las medianas, pequeñas y microempresas y al sector turístico, mayores niveles de productividad y de competitividad, generando mayor riqueza para el bienestar y la felicidad del pueblo dominicano”.
Ante estas promesas, que no olvidamos; ante estas expectativas, que puede que llenen a muchos de frustración, nos preguntamos:
ü Ahora ¿en cuánto se encuentra la deuda pública? ¿Qué lo justifica?
ü El Gobierno, en estos casi 2.5 años de ejercicio ¿Ha cumplido con su meta de reducir en un 20% el gasto del Estado?
ü ¿Ha adecuado los nombramientos de subsecretarios de Estado a lo que contempla la ley orgánica de la Secretaría de Estado correspondiente?
ü El sector privado, “locomotora del progreso”, ¿Ha contado con las condiciones suficientes y ha sido escuchado por el “simple maquinista” en su búsqueda de la competitividad?
ü Ante sus planteamientos en el tema de la energía eléctrica, vemos que hoy el petróleo ha bajado en los mercados internacionales, la política económico-financiera aplicada por el Gobierno ha logrado reducir y estabilizar la tasa de cambio (es el logro que exhibe con mayor complacencia)… pero el precio de la energía eléctrica sigue incrementándose; el índice de cobro sigue deteriorado y el subsidio no ha sido focalizado, implicando un aporte de cerca de US$600 millones en el 2006 (cerca de 20 mil millones de pesos); funcionarios dentro del propio Gobierno y especialmente vinculados al sector, propugnan por profundizar la estatización del sistema, terminando así el proceso que inició el Presidente Mejía, y dos de las distribuidoras se han tornado más ineficientes (en manos del Gobierno)…. ¿Qué ha pasado que sentimos que no hay una luz al final de este oscuro túnel del sistema eléctrico nacional?
ü ¿Cuenta la industria con un marco regulatorio que le facilite ser un sector exportador?
ü Nuestros recursos naturales y el medio ambiente… ¿Es realmente prioritaria su preservación y cuidado? ¿No avanza el desierto haitiano sobre la porción de isla que ocupamos? ¿Son respetuosos de la normativa y las leyes determinados proyectos turísticos, agropecuarios e industriales autorizados o permitidos por el Gobierno dominicano, incluso incentivados por funcionarios de determinadas áreas?
Cabe la pregunta… ¿Tiene el Gobierno la confianza a la que aspiraba ayer, el 16 de agosto del 2004? Nació en medio de un gran apoyo popular, no sólo por el rechazo a la gestión anterior, sino también porque le creíamos capaz de enderezar muchos entuertos…. Hoy ¿Conserva ese favor popular, de la sociedad? ¿Cuánto del favor que conserva es por ausencia de opciones?
Finalizamos citando un parte de ese memorable discurso: “Hasta ahora, el pueblo dominicano ha sido paciente. Ha tenido una conducta ciudadana ejemplar. Pero no se debe abusar de él. No desafiemos la capacidad de tolerancia del pueblo dominicano”.
Milton Tejada C.