SANTO DOMINGO.- Jaime David Fernández Mirabal colgó los guantes. Anunció esta tarde que no aspira a la presidencia de la República y de paso aclaró que no apoya a Leonel Fernández ni a Danilo Medina. Fernández Mirabal dijo que dedicará sus esfuerzos para que el PLD salga fortalecido de la convención interna y que el candidato que resulte elegido tenga la legitimidad y sea la expresión del sentir popular.
Criticó las pugnas internas que hay en esa organización política donde a su juicio los hechos se han ido desarrollando de espaldas a la razón.
“El PLD transita por un camino en exceso riesgoso, en un proceso electoral en el que observamos altos niveles de agresividad y ausencia propositiva”, dijo en rueda de prensa ofrecida en la sede del PLD.
Exhortó a los peledeístas a estar vigilantes y esforzarse por cumplir con el programa de Gobierno que el pueblo aprobó en las elecciones del 2004 y no siendo protagonistas y víctimas de un proceso autodestructivo que deben necesariamente terminar.
“El pueblo espera que el PLD cumpla con la necesidad imperiosa de fortalecer la institucionalidad pública, abandonar prácticas clientelares y combatir la corrupción, eso quiere decir que tanto la competencia interna como el enfrentamiento electoral del 2008, debe ser asumido con algo más de delicadeza por quienes el partido ha responsabilizado de funciones públicas, tanto desde el punto de vista de su desempeño en las funciones públicas como en el uso de los recursos que son de todos los dominicanos y dominicanas”.
Enfatizó que sólo un buen gobierno asegura un buen resultado electoral y que en el 2008 ya no servirá para responsabilizar a otros de lo que no fueron capaces de realizar en cuatro años.
Declaración de Jaime David Fernández Mirabal
A pesar del escepticismo que la sociedad dominicana muestra respecto a los partidos políticos, aún una gran parte del pueblo dominicano confía en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y siempre hemos apostado y aportado para Servir al Partido, y es en ese espíritu que desde hace unos meses he insistido en lo inapropiado de adelantar la competencia presidencial siendo nuestra organización el Partido en el gobierno.
Hasta ahora los hechos se han ido desarrollando de espalda a la razón, como si la historia política reciente de nuestro país no exhibiera suficientes ejemplos acerca de hacia dónde conducen los ensayos personalistas, la lucha por el poder sin contenido programático.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) transita por un camino en exceso riesgoso. Sin concluir todavía el tránsito de Partido de cuadros a una institución política moderna, más democrática y ciudadana, vive la tensión de un proceso electoral en el que observamos altos niveles de agresividad, descalificaciones y ausencia propositiva.
Cuando debíamos estar todos vigilantes y esforzándonos por el cumplimiento del Programa de Gobierno que el pueblo dominicano aprobó en las Elecciones Presidenciales de 2004 y nos llevó a la administración del Estado, estamos siendo protagonistas y víctimas de un proceso autodestructivo que debemos necesariamente terminar.
El proceso de competencia, que a veces parece fuera del control de sus propios instigadores, aunque legítimo, comienza a dejar en evidencia ante todos los dominicanos nuestros errores, nuestras debilidades y nuestros temores.
Nos equivocamos cuando recién iniciado el gobierno olvidamos los acuerdos del Congreso Juan Bosch y fuimos débiles en asignar al Partido las tareas que corresponden a una organización política confundiéndola con el Gobierno; el resultado es esta lucha fratricida en la que el pueblo no puede distinguir donde termina el gobierno y comienza el Partido, que debe ser el puente de la sociedad con el Estado.
Enfrentados a esta realidad, no queda más que llamar a la dirigencia y las bases a actuar responsablemente tomando decisiones suficientemente informadas, concientes de las consecuencias que cada una de nuestras acciones tendrán en el futuro, abandonando una postura autoreferente que cree que los resultados de las elecciones futuras siempre serán favorables sin importar lo que hagamos.
Así el Partido de la Liberación Dominicana debe asumir que es mucho más lo que se juega en los eventos próximos. No es la reelección o antireelección, ni el incumplimiento de compromisos reales o imaginarios lo que está en nuestra orden del día, de lo que se trata es que los partidos políticos no pueden seguir siendo obstáculo para el progreso del país.
El pueblo espera que el Partido de la Liberación Dominicana cumpla con la necesidad imperiosa de fortalecer la institucionalidad pública, abandonar prácticas clientelares y combatir la corrupción, eso significa que tanto nuestra competencia interna como el enfrentamiento electoral del 2008, debe ser asumido con algo más de delicadeza por quienes el Partido ha responsabilizado de funciones públicas, tanto desde el punto de vista de su desempeño en las funciones públicas como en el uso de los recursos que son de todos los dominicanos y dominicanas.
Sólo un buen gobierno nos asegura un buen resultado electoral.
En el 2008 ya no servirá responsabilizar a otros de lo que no fuimos capaces de realizar en cuatro años.
Servir al Pueblo es la única razón que debemos tener para aspirar a continuar en el Gobierno. La acción política moderna no conoce otra justificación, nuestra vocación política colectiva, el Partido, no puede guiar su accionar por motivaciones diferentes.
República Dominicana se inserta en el mundo global con consecuencias que van más allá de puras consecuencias económicas. Somos parte de un mundo que reconoce cada vez más los derechos humanos, la igualdad, la superación de la pobreza, la violencia, la democracia. ¿Tenemos algo que ofrecer en ese contexto?, Ese debe ser el tema de la Convención que se avecina. Cómo el Partido de la Liberación Dominicana ve el futuro para hacer de este país en el mundo un país mejor para todos. Toda otra perspectiva tiene un amargo sabor a pasado.
Compañeros y compañeras, Pueblo Dominicano. He decidido no competir en el proceso interno por la candidatura presidencial, y así dedicar mis esfuerzos para que nuestro partido salga fortalecido de este proceso interno, y el candidato que resulte elegido después que se haya puesto el oído en el corazón del pueblo, tenga fuerte legitimidad y sea la expresión del sentir popular.
Debemos recordar que lo general siempre deberá estar por encima de lo particular y siempre he respetado el derecho a participar con ideas, conceptos y propuestas.
Que Dios nos ilumine y seamos capaces de mostrar que: “Los que soñamos futuro y queremos la Patria, Somos Más”.