Hace justamente un año que escribí en esta misma sección que el Estadio Quisqueya necesitaba un Diandino Peña que le entrara a mandarriazos con el objetivo de levantar una nueva estructura, tal como sucedió con los pasos a desnivel (elevados) en el período pasado, y ahora con el Metro.
Se sabe que el año pasado la remodelación del viejuco estadio capitalino estuvo en presupuesto, pero por razones diversas no se pudo ejecutar y otra vez la temporada debió realizarse en un estadio de poco confort, desfasado, cincuentón, en edad de utilizar viagra.
Hace casi diez años que se elaboró el proyecto “Beisbolandia” que pretendía convertir el Quisqueya y su entorno en una moderna ciudad deportiva, incluyendo el levantamiento de hoteles cinco estrellas.
Era un proyecto pretencioso que encabezaba el reputado hombre de la construcción, Jesús Rodríguez Sandoval, el mismo accionista principal del Malecón Center, quien a la sazón era vicepresidente de la Liga de Béisbol.
Sucede que a Rodríguez Sandoval le cortaron el paso en la Liga donde tenía aspiraciones de ser presidente y el proyecto, por razones obvias, se enfrió.
Otra vez han tratado de entusiasmar a Rodríguez Sandoval para que tome las iniciativas del proyecto, pero con menos pretensiones, haciendo énfasis sólo en el estadio y no tanto en los alrededores.
Se sabe que el Gobierno no está en condiciones de realizar grandes inversiones a menos que sea con el concurso del sector privado.
Y también se dirá que un estadio de béisbol no es una obra prioritaria para el país, pero si no lo es por lo menos será una instalación que albergará la actividad –deportiva o no- que más ha reivindicado la nacionalidad dominicana en los últimos 20 años.
El béisbol juega un papel estelar en la proyección de la nación y entiendo que es el momento oportuno para iniciar la construcción de una casa más digna.
Otros deportes la tienen, merecida o no, ahora de lo que sí estamos seguros es la pelota dominicana necesita un escenario que vaya acorde con su calidad y los nuevos tiempos.
Lógico para materializar el proyecto hay que comenzar inmediatamente se haga el último out de la serie final Licey-Aguilas, ya que por ahí viene otra vez octubre.
Ojalá que definitivamente “Beisbolandia” deje de estar en “Bobolandia”.
HASTA EL FONDO…Los que siguen llamando estadio Juan Marichal al estadio Quisqueya están haciendo un flaco servicio a la historia porque todavía no se ha producido el cambio de nombre y cuando vayamos a investigar en las colecciones habrá datos distorsionados. No se dejen arrastrar de las pasiones.